A galope hacia la autoestima, la confianza y la motivación

  • Virginia Vadillo.

Virginia Vadillo.

Murcia, 8 oct.- El biólogo estadounidense Edward Wilson explicó a través de su teoría de la biofilia que los seres humanos sienten una afinidad innata por los animales y que el contacto con la naturaleza provoca bienestar.

Esa teoría es uno de los pilares sobre los que se asientan los programas de terapia asistida con animales, tratamientos complementarios a la fisioterapia, la psicología y otras disciplinas médicas tradicionales que aportan un gran valor añadido en materia de motivación, autoestima y confianza a los pacientes, según ha explicado a Efe el presidente y terapeuta de la Fundación Tiovivo, Luis Cuenca.

Esta organización, creada en Cartagena hace seis años, utiliza caballos y ponis en tratamientos dirigidos a discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales para "desarrollar al máximo las capacidades" de los pacientes.

El mismo trabajo se lleva a cabo también en la Asociación Murciana de Terapias Ecuestres (AMTE), cuya secretaria y psicóloga, Sonia Pizcueta, ha asegurado a Efe que los programas terapéuticos son totalmente individualizados y adaptados a las necesidades específicas de cada paciente.

Los afectados comienzan a interactuar con los caballos y, según sus dolencias, realizan diversos ejercicios sobre el animal que favorecen la movilidad, la flexibilidad y la fuerza, el equilibrio y la coordinación, el autocontrol y, en todos los casos, "la confianza y la autoestima".

Pedro Antonio Piñero, afectado por una minusvalía, lleva cinco meses practicando la equitación terapéutica y define la experiencia como "alucinante".

En el plano físico, Piñero subraya que la terapia ecuestre le ha ayudado a mejorar la postura, ganar elasticidad y potenciar su musculatura.

Sin embargo, en su opinión, los mayores logros están más allá del plano físico: "trabajar con caballos me ha aportado mucho a nivel de confianza. Aunque siempre voy acompañado por un equipo de terapeutas, cuando estoy sobre el caballo, estoy solo, controlando mi cuerpo y controlando al animal. Es una fuente impresionante de autoestima", dice a Efe emocionado.

"Cuando trabajas con el caballo se crea un vínculo impresionante, cuando tocas por primera vez al caballo, es un punto de no retorno. Se crea una complicidad con tu animal. Yo miro a mi yegua y me siento seguro, sé que con ella voy a estar bien. Y nunca me lo quito de la cabeza, trabajo toda la semana para estar en plena forma cuando llega el momento de la terapia", añade.

Aunque las terapias ecuestres se destinan sobre todo a niños, Cuenca afirma que cada vez son más los adultos que se animan a probar estos tratamientos.

"Al final, ninguno quiere que le demos el alta, porque cuando se desarrolla una capacidad, se abre la posibilidad de comenzar a desarrollar otras nuevas. Los pacientes antiguos quieren continuar y llegan otros nuevos, así que muchas veces tenemos el problema de que no podemos abarcar todos los casos" subraya.

La Fundación Tiovivo ha atendido durante este año unos 30 casos particulares, a los que hay que sumar más de 80 actividades grupales organizadas con alumnos de educación especial de la Región de Murcia.

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