Mascaradas de España y Portugal escenifican en Zamora tradiciones comunes

  • Más de 400 personas han participado hoy en el sexto desfile de la Máscara Ibérica que se celebra cada año en Zamora y en el que han participado decenas de grupos de pueblos de España y Portugal, que han escenificado en las calles del centro de la ciudad estas tradiciones que comparten elementos comunes.

Isaac Barrientos

Zamora, 4 oct.- Más de 400 personas han participado hoy en el sexto desfile de la Máscara Ibérica que se celebra cada año en Zamora y en el que han participado decenas de grupos de pueblos de España y Portugal, que han escenificado en las calles del centro de la ciudad estas tradiciones que comparten elementos comunes.

Cada mascarada es diferente, mantiene desde hace siglos rasgos propios y característicos, pero también comparten elementos comunes a ambos lados de la frontera.

La propia máscara, un tridente o palo, cintas de colores, varias prendas para componer la vestimenta o algún elemento sonoro son los rasgos más repetidos en todas las mascaradas que, sin embargo, consiguen con sus toques precisos distinguirse las unas de las otras.

Como cada año, este acontecimiento ha congregado a cientos de personas a lo largo del recorrido por el centro de Zamora, desde la plaza de La Marina hasta la plaza Viriato, donde por megafonía se iba explicando parte de la historia y de los rasgos más característicos de cada grupo a su llegada.

En primavera, el desfile se trasladará a las calles de Lisboa, ya que el acontecimiento se realiza dos veces al año, una en cada ciudad.

En esta ocasión, Portugal ha estado representado por diez grupos de la zona de Braganza y, como novedad, por cuatro grupos de Mogadouro, los Chocalheiro de Bemposta, Farándulo de Tó, Chocalheiro y los Velhos de Vale de Porco y los Velhos de Brugço.

La provincia de Zamora como anfitriona ha tenido la representación más nutrida, con catorce grupos, con los clásicos en este tipo de eventos como los zangarrones, la filandorra, los carochos o el tafarrón.

Además, siempre completan la muestra algún representante del resto de España que, en esta ocasión, han sido de Asturias, León y los Machurreros de Pedro Bernardo de Ávila como la gran novedad.

La máscara da nombre a esta ancestral celebración y es, a su vez, el elemento principal de este espectáculo tradicional que está muy arraigado en los rituales que se hacían para reclamar la fertilidad o una buena cosecha, aunque también los hay movidos por el miedo y los personajes que tratan de ahuyentar a los malos espíritus con sus danzas y sonidos.

Pese a lo que pudiera parecer en un primer momento, las mascaradas ibéricas distan mucho del clásico carnaval, ya que en ese caso, la máscara y el disfraz tienen como fin ocultar la personalidad del que la lleva, mientras que en este caso el objetivo es representar a otro ser y actuar como intermediario entre los dioses y los hombres para que se cumplan los deseos y peticiones que cada mascarada representa.

Cada uno de los rituales de las mascaradas requiere de su peculiar despliegue escénico, condicionado hoy por el espacio a lo largo del desfile, por lo que cada grupo ha realizado su peculiar 'performance' dentro del numeroso y vistoso grupo por las calles del centro de Zamora.

Cuando llegue el invierno, cada una de las mascaradas tendrá su propio momento de esplendor, en su gran mayoría desde mediados de diciembre hasta febrero y vinculadas a días festivos e importantes en cada localidad. EFE

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