Las ciudades con los horizontes más bellos del mundo

  • En nuestras retinas quedan paisajes que no podemos olvidar y aquí te dejamos algunos de los más bonitos. 

    ¿Quién no se acuerda de las vistas de la Gran Manzana de Nueva York, los rascacielos de Hong Kong o la preciosa Edimburgo

Las ciudades con los horizontes más bellos del mundo
Las ciudades con los horizontes más bellos del mundo
P.R.

En nuestras retinas quedan paisajes que no podemos olvidar. Y nos ocurre a menudo con los horizontes y las imágenes de algunas ciudades del mundo. ¿Quién no se acuerda de las vistas de la Gran Manzana de Nueva York, los rascacielos de Hong Kong o la preciosa Edimburgo?. 

Muchos recuerdan algunas ciudades cuando sus edificios no querían 'conquistar el cielo'. Buen ejemplo es Dubái, que ha pasado de ser un modesto pueblo de pescadores en el Golfo Pérsico, famoso por sus buscadores de perlas, a una de las ciudades más admiradas del mundo por sus rascacielos, recuerda BBC Mundo. Y es que, los rascacielos han cambiado la imagen de las ciudades de todo el mundo a lo largo de estos últimos treinta años.

Sin embargo, en la época medieval también 'presumían' de sus especiales rascacielos, como es el caso de la ciudad de la Toscana de San Gimignano, que cuenta con 14 torres medievales.

También encontramos rascacielos en el desierto, como es el caso de la ciudad de Yemen Shibam. A pesar de que no supera los 2.000 habitantes, tiene como horizonte unas montañas impresionantes y cuenta con varios edificios de diez y más pisos -muchos de ellos datan de finales del siglo XVI-. Construidas para proteger a sus ciudadanos de los beduinos, las torres recuerdan a una moderna ciudad desde lejos. Se conoce a Shibam como 'la Chicago del Desierto' .

Si nos gustan las vistas más románticas, la ciudad francesa de Carcasona es la ideal. Es en gran parte, una recreación de lo que se vivió en el siglo XIX. Sus calles llenas de adoquines están llenas de turistas pero, a pesar de todo, no pierde su magia.

Durham y su catedral romántica también es otra de las ciudades con el horizonte más bello del mundo. Una sensación medieval y religiosa invade a todo el que la visita o pasa con el tren y puede observarla desde las ventanas de los trenes que conectan Edimburgo con Londres.

Y de Durham llegamos a Edimburgo, que sigue siendo una de los lugares más bellos del planeta. Asentada entre colinas, mar y fiordos, se alza y extiende en distintos pliegues arquitectónicos. Su horizonte está formado por un conjunto de torres, chapiteles y monumentos neoclásicos.

Y si nos centramos en los rascacielos, Hong Kong es un auténtico espectáculo. Sobre todo por la noche. No tiene tantos edificios de célebres arquitectos como Chicago, pero impresiona la forma en la que las torres se levantan desde sus estrechos cimientos.

Río de Janeiro también es otra ciudad maravillosa por su horizonte. El Cristo del Corcovado, situado de forma estratégica, observa a los ciudadanos y desde allí los cuida.

Y no nos olvidamos de Manhattan, con el Empire State, que conserva todo su esplendor a pesar de la triste pérdida de las Torres Gemelas en los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Pudóng, en China, también tiene unas vistas increíbles. Su calle más famosa es Bund, situada en la orilla oriental de Shangái y atravesada por el río Huangpu. Los estilos de esta ciudad van desde el neoclásico hasta el Art Decó. Es una ciudad que sobre todo deslumbra por la noche.

¿Y qué decir de Venecia? Una maravilla para la vista y para los enamorados. A pesar de sus millones de los millones de turistas y cruceros que la visitan cada año, sigue hechizando a todo aquel que la visita con sus campanarios medievales y sus magníficos canales.

Helsinki es una ciudad que se ve mejor desde el mar, con una arquitectura dominada por la catedral neoclásica de Carl Ludwing Engel. Es recomendable visitarla en invierno, ya que disfrutaremos de una ciudad rodeada por un mar helado.

Y por último, pero no menos importante, París, la ciudad del amor. La torre Eiffel se erige como uno de los monumentos más fotografiados del mundo. Y cuando subes, sea por ascensor y por escaleras y llegas al último piso, las vistas de la capital francesa son una delicia.

Mostrar comentarios