P.J.Hogan lleva a Roma el debate entre normalidad y locura con "Mental"

  • El debate entre la normalidad y la locura aterrizó hoy en el Festival de Cine de Roma con "Mental", una película del australiano P.J. Hogan que cuestiona los estereotipos sociales de lo que se considera normal y lo que no lo es a través de una familia desestructurada inspirada en la vida del cineasta.

Sofía Diezma

Roma, 10 nov.- El debate entre la normalidad y la locura aterrizó hoy en el Festival de Cine de Roma con "Mental", una película del australiano P.J. Hogan que cuestiona los estereotipos sociales de lo que se considera normal y lo que no lo es a través de una familia desestructurada inspirada en la vida del cineasta.

Así lo ha explicado Hogan ("My best friend's wedding") en la rueda de presentación de la cinta después de la cálida acogida de la obra por parte del público -con muchas risas y aplausos- en el segundo día de la VII edición del festival capitolino, que se cerrará el próximo día 17.

Toni Collette, que protagonizó "Muriel's wedding", la película con la que Hogan se dio a conocer, Liev Schreiber y Anthony LaPaglia protagonizan "Mental", una película en la que la familia protagonista es un reflejo de la del director, que aseguró: "mi familia era seguramente una familia disfuncional".

El filme cuenta la difícil y disparatada existencia de una familia en la que la madre acaba en el psiquiátrico porque, aparentemente, está loca, mientras que sus hijas inventan todo tipo de patologías mentales para llamar la atención y justificar el rechazo social al que se ven sometidas, en tanto su padre, alcalde de una ciudad anodina, pasa largas temporadas fuera de casa.

Hogan recordó en la rueda de prensa que cuando tenía doce años y su padre intentaba asegurar su futuro en la política de una pequeña ciudad turística -"donde hasta el parquímetro era colorido y no había una biblioteca"- su madre se fue "de vacaciones" tras un episodio nervioso.

Por eso, el cineasta australiano ha instado a "sonreír" y "hablar" ante las patologías mentales, ya que, según su experiencia como familiar de personas con este tipo de problemas, lo importante es que dejen de ser invisibles para el resto de la sociedad porque están y estarán ahí.

"¿Quién está loco y quién no?, ¿qué es la enfermedad mental", ha preguntado P.J. Hogan, que ha recordado que a veces "es difícil distinguir entre la genialidad y la locura" y ha apelado durante toda su intervención a dejar de lado los clichés y dar una "mirada nueva" al mundo.

Porque hay muchas formas de mirar la realidad, y eso es lo que les enseña a las jóvenes hermanas una desconocida con un perro que el resplandeciente alcalde y mal padre decide llevar a casa para que se encargue de cuidar a sus hijas mientras su mujer está oficialmente de vacaciones y él se esmera en pavimentar la reelección.

El film es un relato que también se burla de los tópicos australianos: así, en un divertido diálogo la niñera justifica la anormalidad que la mayor de las niñas advierte continuamente remontándose a los primeros colonos australianos, que, según dice, fueron enviados desde el resto del mundo al punto más lejano porque estaban locos.

Con toques de dureza y humor, y en tonos coloridos -los de la casa, el parque acuático donde trabaja la mayor de las niñas, el vecindario o el psiquiátrico- "Mental" se acerca al final más feliz posible dentro de su propia extravagancia.

Una historia con la que Hogan, como siempre hace con sus películas, trata de comprender y asimilar un pasado difícil de digerir y que no es otro que el que está retratado en "Mental".

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