Barcelona se reivindica como "ciudad libre" culturalmente en los Premis de Poesia Jocs Florals

El teniente de alcalde de Derechos de la Ciudadanía, Participación y Transparencia de Barcelona, Jaume Asens, ha reivindicado este miércoles la capital catalana como una "ciudad libre" culturalmente, en la entrega de los Premis de Poesia Jocs Florals 2016 al poeta Eduard Sanahuja.

"La última vez que resonaron versos poéticos en el Saló de Cent, un poema acabó en los juzgados de lo penal", ha lamentado tras la polémica suscitada por la entonación de un padrenuestro laico a cargo de la poetisa leridana Dolors Miquel durante la entrega de los Premis Ciutat de Barcelona.

"Hoy es un buen día para reivindicar que las manos de la justicia penal no han de interferir en la poesía y que solo los regímenes autoritarios determinan las películas que se pueden ver y los versos que se pueden recitar", ha afirmado.

Según Asens --que ha sustituido a la alcaldesa Ada Colau en el acto--, "la poesía, el arte y la cultura en general no es un artefacto domesticado o fosilizado", sino algo vivo, y los crímenes sobre papel deben ser juzgados por el tribunal de la estética, la moral y la política, y no por los penales.

EDUARD SANAHUJA

En el acto de entrega, que abre la 32 Semana de Poesía de Barcelona, Asens ha entregado un diploma y una flor natural a Sanahuja, que ha leído versos del premiado poemario 'Teories del no'.

En una glosa sobre la figura de Sanahuja, la secretaria de los 'mantenedores' (jurado), Isabel Graña, ha recordado que la aventura poética del premiado empezó hace 40 años, y en este periodo ha conseguido hacerse más sabio y hacer las paces con el "monstruo" que le acechaba.

"La muerte es --finalmente-- aceptada en los versos de Sanahuja por formar parte de la existencia", ha dicho Graña, que ha recordado que el galardonado ha recogido también los premios Vicent Andrés Estellés y Maria Mercè Marçal de poesía.

El poeta premiado ha entonado un agradecimiento sincero, y ha recordado que la primera vez que pisó el Saló de Cent fue en 1985 con Pasqual Maragall, que ha evocado como un "gran alcalde y gran persona".

Autores de los considerados mejores poemas de 2016 --Josep L.Badal, Pau Gener, Gemma Gorga, Maria Antònia Massanet e Irene Tarrés-- han recitado sus versos en el acto, en que el presidente de los 'mantenedores' Antoni Vidal, ha destacado la vitalidad de la poesía hecha en catalán actualmente.

"El nivel de nuestra poesía no tiene nada que envidiar al de las principales lenguas del mundo", ha subrayado, y ha advertido del riesgo de que esta riqueza corra peligro si un eventual estado catalán declina su papel de apoyo y cohesión a las diferentes variedades del dominio lingüístico.

Según Vidal, la poesía es una "celebración de la palabra que contiene todo el secreto del corazón del hombre y la infinitud del universo" dentro de un espacio de libertad y resistencia.

"OBRA COMPACTA, DURA Y MUY TRABAJADA"

Ha ensalzado el poemario de Sanahuja como una "obra compacta, dura y muy trabajada", que cuenta con una estructura minuciosa y un entramado filosófico, estético y moral que parte de conceptos antagónicos: la afirmación y la negación.

Ha destacado especialmente la "vieja capacidad de Sanahuja de conjurar las voces de los grandes maestros para dar fuerza a su discurso literario", que ha considerado orfebrería y una demostración de que la posmodernidad no tiene porque colisionar con la tradición.

RAMON LLULL "SIN PHOTOSHOP"

En la ceremonia de entrega, que ha empezado con la interpretación del 'Himne del Rei Joan I', a cargo del quinteto de viento Barna Brass Quintet, Stefano Cingolani ha dedicado un parlamento al pensador Ramon Llull, al que ha querido homenajear sin pasar por el "filtro del photoshop".

Ha comparado a Llull con la figura de Ramon Muntaner, y ha destacado que ninguno de los dos tenían la literatura como finalidad, sino que ésta era un vehículo de comunicación de la verdad, y una "verdad que creían absoluta".

"Llull tenía una pluma poco refinada" para sumar cuantos más públicos mejor a su causa de apostolado católico, si bien era mejor poeta que Muntaner, al que se ha referido como un gran prosista, en contraste con Llull que, a su juicio, no pasaría del aprobado.