La emotiva despedida de los alumnos a un profesor: "Fue el mejor regalo de mi vida"

  • Juan Antonio nunca iba a imaginar lo que sería la genial despedida que le prepararon sus alumnos, el día que se jubiló, tras 32 años de trabajo. El vídeo arrasa en las redes.

    Este hombre, que dedicó toda una vida a la enseñanza en el pequeño municipio de Zufre, dice a lainformacion.com: "Yo les debo todo a los niños. Soy quien soy gracias a ellos". 

Juan Antonio, en el momento de su despedida.
Juan Antonio, en el momento de su despedida.
Diego Caldentey
Diego Caldentey

Más de tres décadas de una vida entregada a la docencia dan para mucho. Pero Juan Antonio González nunca iba a imaginar lo que sería la genial y conmovedora despedida de las aulas que le prepararon sus alumnos.

Este profesor vive en un pequeño pueblo llamado Zufre, inmerso en plena Sierra de Aracena, en Huelva. Hace escasos días se jubiló. El 9 de enero, en su última jornada de clases, llegó al único colegio público del municipio, el Sutefie, con una inevitable mezcla de sensaciones a cuestas.

A la hora de la salida, cuando ya toda su dedicación y esfuerzo en las aulas comenzaban a convertirse en pasado, ensayó su último saludo ante un grupo de alumnos a quienes antes les había hablado sobre geografía andaluza.

No sabía que instantes después todos los alumnos del centro, los docentes y directivos le dedicarían un inmenso homenaje. El gesto tomó por absoluta sorpresa a Juan Antonio. Uno a uno, sus alumnos y el personal del colegio se colocaron estratégicamente en los pasillos del lugar para rendirle una merecida ovación, de pie y con aplausos y júbilo, en escenas que serán recordadas para siempre.

El vídeo que recoge ese conmovedor hecho arrasa en la Red y ya ha sido visto por casi 400.000 personas. Su hermano Santiago González Flores (uno de los mentores de la sorpresa para Juan Antonio) también lo ha subido a Facebook. El post cuenta ya con casi 5.000 reacciones y fue compartido por más de 3.300 personas.

En diálogo con lainformacion.com, González recuerda primero los instantes previos a lo que ocurrió: "Estaba hablando sobre el Cabo de Gata cuando entró a clase Diego Meca, el director del colegio, que fue alumno mío. Me dijo que fuese terminando. Me despedí de los chavales entonces y observé que estaban mi madre, mi mujer y mis hijas. Lo que vino a continuación fue el mejor regalo de mi vida. Ahora me toca devolvérselo a todos", afirma emocionado.

González bajó las escaleras y lo primero que se encontró fue a un grupo de alumnos aplaudiéndolo en el patio. Los chavales estabas distribuidos en dos filas, y le hicieron un pasillo triunfal. Entonces el hombre levanto tímidamente su mano derecha y agradeció, sin saber que más adelante, a cada paso que fuese dando, se iba a encontrar con más y más escolares de todos las edades, compañeros de trabajo y con todos los directivos del centro dedicándole el mismo gesto.

El docente, tan conmovido, comenzó a derrumbarse por dentro. No fue capaz de detenerse, debido a la intensa emoción. No obstante, su andar lento fue registrando uno a uno los rostros y las manos que le agradecían todo lo que había hecho por la educación, en una vida entregada a las aulas. Al final de un trayecto que duró poco más de un minuto, le esperaba su madre Dolores, de 91 años; su esposa, Ana; y sus hijas, Ana y Sara. Todas (y todos) no podían contener las lágrimas.

"Creo no haber hecho tanto para recibir semejante cariño. Ese colegio es mi vida. Trabajé 32 años allí, exactamente la edad que tiene mi hija mayor. Yo nací en Jabugo, y de pequeño viví en varios pueblos de la Sierra de Aracena. También en algunos de Sevilla. Pero en 1979 me instalé en Zufre para comenzar a trabajar en el colegio. Es todo para mí", ha relatado a este medio.

Juan Antonio fue director durante 18 años del establecimiento. Como en 2017 iba a jubilarse, pidió el último año cambiar de labor y se dedicó al profesorado de apoyo. Como profesor impartió todas las materias a lo largo de su vida. Hoy admite estar "abrumado" por la repercusión que tiene el vídeo de su despedida en las redes sociales. Pero se anima a aconsejar a las nuevas generaciones de docentes. "Este trabajo requiere de enorme vocación. Aquí no hay medias tintas. Quienes sienten esa hermosa necesidad por enseñar deben saber que no trabajamos con mercancías. Trabajamos con personas. Yo les debo todo a los niños. Soy como soy por ellos", relata

El docente ha comenzado a desandar su nueva vida de jubilado. "No me aburriré, se lo aseguro. Soy un amante de la lectura, escribo poesía y también me encanta la música. Por otra parte, adoro pasear y viajar. Eso sí, la morriña no es simple de llevar. Ayer mismo me pasé por el colegio a saludar a mis ex compañeros y ver cómo iba a todo", afirma entre risas.

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