Alemania recuerda víctimas de la Loveparade con la "Noche de las mil velas"

Con una "noche de las mil velas" en la noche del domingo al lunes, la ciudad de Duisburgo quiere rendir homenaje a los jóvenes que murieron atrapados en el túnel de acceso al recinto del festival el 24 de julio de 2010.

El homenaje tiene lugar en ese trágico punto, donde cientos de personas se vieron atrapadas. Más de 650 personas resultaron heridas en el incidente, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo. Un saxofonista acompañará musicalmente el acto de recuerdo y los familiares celebrarán una misa privada en la Iglesia del Salvador.

El lunes, el día del aniversario, se celebrará por primera vez un acto conmemorativo público a las 17.00 hora local en el lugar de la tragedia. Tras la música y las palabras de recuerdo sonarán 21 campanadas y otra campanada más en recuerdo de los heridos y de las víctimas afectadas psicológicamente.

En el aniversario se esperan también familiares de las víctimas extranjeras. Junto con las españolas fallecieron, además de alemanes, jóvenes de China, Australia, Italia y Países Bajos.

Los organizadores de la fundación Loveparade "Duisburgo 24.7.2010" aprovecharán para informar a los familiares en dos eventos a puerta cerrada el lunes del proceso judicial que comenzará el 8 de diciembre.

Se espera que sea uno de los procesos más grandes de los últimos tiempos. En el banquillo se sentarán seis trabajadores de la ciudad de Duisburgo y cuatro empleados de la empresa organizadora acusados de homicidio imprudente y lesiones corporales imprudentes.

La Loveparade, que concluyó trágicamente hace siete años, comenzó su andadura en 1989. "Paz, alegría, tortitas", fue el lema de la primera Loveparade hace más de un cuarto de siglo, cuando unas 150 personas bailaron por la avenida Kurfürstendamm del Berlín occidental.

Fundada por el DJ Dr. Motte en Berlín y concebida como una manifestación pacífica al ritmo de la música tecno, la pasión por este "desfile del amor" fue en aumento hasta llegar a su apogeo en 1999, cuando 1,5 millones de personas se congregaron para participar en el evento multitudinario en Berlín.

En 2001 perdió su estatus de manifestación política y desde entonces se celebró como evento comercial, lo que conllevó que los organizadores tuvieran que hacerse cargo de los costes. Finalmente acabó convertida en una marca, lejos del espíritu de sus inicios, y fue trasladada a la región del Ruhr por un periodo de cinco años por un patrocinador hasta que llegó su trágico final.