España y Marruecos cierran el paso fronterizo para porteadores de Ceuta tras una avalancha de cientos de personas

  • Las autoridades españolas han acordado mantener cerrado este jueves el paso fronterizo reservado para la entrada y salida de Ceuta de ciudadanos marroquíes dedicados a llevar mercancías a pie al Reino alauita después de que una avalancha de "cientos de personas" intentase acceder simultáneamente a la ciudad autónoma a primera hora de la mañana sin que se registrasen víctimas mortales.
EUROPA PRESS

Según han explicado testigos presenciales y fuentes de las Fuerzas de Seguridad de ambos países a Europa Press, la aglomeración ha sido contenida "a duras penas" por los agentes marroquíes y las autoridades del país vecino han pedido a las españolas no abrir las puertas del 'Tarajal II', que opera de lunes a jueves de 8.00 a 13.00 horas desde febrero y en cuyas inmediaciones ya se ha registrado la muerte de al menos dos mujeres aplastadas en tumultos parecidos.

El paso fronterizo para porteadores permanecerá clausurado hasta el miércoles de la próxima semana, después de la festividad local de San Antonio. La avalancha ha coincidido con la última jornada 'laborable' antes de cinco días consecutivos sin posibilidad de operar en este tipo de comercio transfronterizo y con las nuevas restricciones impuestas por la Guardia Civil al trasiego de productos en vehículos.

Los agentes de la Benemérita destinados en la frontera solo han permitido este jueves entrar en territorio español hasta las 11.00 horas a los automóviles que se dedican a ese negocio, que son "embolsados" en una explanada hasta que la carretera nacional que une el centro de Ceuta con la frontera y esta última tienen fluidez suficiente para absorberlos.

La frontera ceutí ha registrado colas kilométricas y esperas de hasta tres y cuatro horas para atravesarla durante toda esta semana que se atribuyen a la entrada en la ciudad de hasta 10.000 coches exclusivamente para adquirir mercancías y llevarlas al país vecino.

Con las nuevas medidas adoptadas la Delegación del Gobierno aspira a que la generación de atascos que acaban colapsando media ciudad y el acceso a puntos críticos como el Hospital Universitario no dependa del ritmo de trabajo de los aduaneros del país vecino o de que los propios conductores ralenticen la circulación para cruzar el paso con un turno u otro de revisores.

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