La marcha arrancó desde una acampada de solidaridad establecida en la plaza Yaser Arafat y se dirigió al asentamiento israelí de Beit El, donde las fuerzas israelíes emplearon fuego real, balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Testigos citados por la agencia palestina de noticias Maan han asegurado que cinco manifestantes han resultado heridos de bala y otros cinco por el impacto de balas de goma.
La manifestación ha tenido lugar en el marco de la convocatoria de los huelguistas a una huelga general durante la jornada del jueves, que fue sustituida finalmente por una jornada de solidaridad con los reos.
Ahora mismo se estima que unos 1.500 de los 6.300 presos palestinos en Israel se han sumado a la huelga para denunciar "torturas, maltrato y negligencias médicas" en las cárceles israelíes, así como abusos del Gobierno israelí a la hora de recurrir a la llamada "detención administrativa", esto es, el encarcelamiento sin juicio previo ni presentación de cargos, un fenómeno que el Derecho Internacional solo permite en casos extremadamente excepcionales.
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