CASI 44 MILLONES DE ESPAÑOLES RESPIRAN AIRE CONTAMINADO

- La cifra ha bajado, lo que Ecologistas en Acción atribuye a las condiciones atmosféricas y no a medidas efectivas. Un total de 43,7 millones de personas en España (el 94% de la población) respiraron en 2016 aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el 90% del territorio nacional rebasó los criterios aconsejables para preservar la salud de los ecosistemas y de la vegetación, lo que supone una bajada con respecto a los niveles de contaminación del año anterior, según el ‘Informe estatal de calidad del aire en 2016’ elaborado por Ecologistas en Acción. La ONG atribuyó esta bajada a las condiciones meteorológicas inestables vividas en 2016 y a una reducción de las emisiones en las centrales térmicas y no a medidas políticas efectivas.
Así se expresaron el coordinador del informe, Miguel Ceballos, y el responsable de calidad del aire de Ecologistas en Acción, Juan Bárcena, durante la presentación del estudio este martes en la sede de Ecologistas en Acción en Madrid.
El informe se basa en los datos recogidos en 703 estaciones oficiales de control de la contaminación y toma como referencia tres limitaciones: los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS, el objetivo a largo plazo para la protección de la vegetación establecido por la UE y los valores límite legales de obligado cumplimiento recogidos en la normativa comunitaria.
“El resultado es que durante el año pasado se han reducido los niveles de contaminación, reduciéndose en general de manera significativa la presencia de todos los contaminantes”, precisó Ceballos, en comparación con los datos obtenidos en 2015, cuando el aire contaminado afectó a 45,9 millones de personas (el 99% de la población) y al 95% del territorio nacional (255.000 kilómetros cuadrados).
Argumentó que “aun siendo una situación de mejoría, tenemos niveles de contaminación muy importantes que afectan a la salud de las personas y de los ecosistemas”, teniendo en cuenta que, de acuerdo con los estándares de la normativa española, que son más laxos que las recomendación de la OMS, la población que respiró aire contaminado fue de 16,9 millones de personas, es decir, “uno de cada tres españoles ha respirado aire contaminado que supera los límites legales”.
Acerca de la reducción de los niveles de contaminación, Ceballos explicó que fue consecuencia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una menor estabilidad atmosférica y en menor medida por la reducción de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas.
Asimismo, alertó de que en 2016 se produjo un aumento del tráfico rodado, situándose a niveles de 2016 y siendo la principal fuente de contaminación en áreas urbanas, que es donde se concentra la mayor parte de la población. Además, también condicionaron la calidad del aire las actividades industriales que queman carbón, petróleo o gas natural para producir electricidad.
MÁS DE 24.000 MUERTES PREMATURAS
Sobre los efectos que provocan estos altos niveles de contaminación, Ceballos afirmó que, según las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, “cada año fallecen en España más de 24.000 personas como consecuencia de la contaminación atmosférica, 14 veces más que en accidentes de tráfico en el año 2015”, y además tiene un perjuicio económico para España de “50.000 millones de dólares al año (3,5% del PIB), según el Banco Mundial”.
Ceballos indicó que “12 comunidades autónomas deberían haber implantado un plan de ozono troposférico”, pero estas administraciones “nos dicen que está a expensas de un plan nacional, pero el Gobierno central no mueve ficha”, por lo que “al final no tenemos ni plan nacional ni autonómico”.
Por su parte, Bárcena destacó que las principales vías de actuación para reducir la contaminación “deben ir destinadas a la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público”, porque “es el principal contaminante en las ciudades".
Finalmente, abogó por la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.

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