ENTRA EN VIGOR UN CONVENIO INTERNACIONAL CONTRA LA CONTAMINACIÓN POR MERCURIO

El Convenio de Minamata sobre el Mercurio entró en vigor este miércoles y compromete a sus 74 partes a reducir los riesgos para la salud humana y el medio ambiente causados por la liberación del mercurio y sus compuestos, puesto que este metal pesado es reconocido por ser especialmente perjudicial para niños y bebés en gestación.
Este tratado internacional fue adoptado en Kumamoto (Japón) en 2013 y toma el nombre de la ciudad nipona de Minamata porque en esta ciudad nipona allí se detectó en mayo de 1956 el más grave desastre de envenenamiento por mercurio de la historia, después de décadas de descarga de aguas residuales industriales.
Las aldeas locales que comían pescado y mariscos de la Bahía de Minamata empezaron a sufrir convulsiones, psicosis, pérdida de conciencia y coma. En total, se certificó que miles de personas sufrieron directamente de intoxicación por mercurio, lo que ahora se conoce enfermedad de Minamata.
El Convenio está firmado por 128 partes (entre ellas España) y ratificado por 74 (Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, Japón, México, Noruega, Países Bajos, Siria, Suecia, Suiza y UE son algunas de ellas), según datos recabados por Servimedia.
El mercurio es un metal pesado que se acumula en el cuerpo y está catalogado por la ONU como una de las 10 sustancias químicas que amenazan la salud y el medio ambiente.
La exposición al mercurio puede dañar el cerebro, el corazón, los riñones, los pulmones y el sistema inmunológico de personas de todas las edades, especialmente de los bebés y los fetos.
Los gobiernos que son parte del Convenio están legalmente obligados a tomar medidas específicas para proteger la salud humana y el medio ambiente al abordar todo el ciclo del mercurio, lo que incluye la prohibición de nuevas minas de mercurio, la eliminación de las existentes y la regulación del uso de este metal en la minería aurífera artesanal y en pequeña escala, y en la producción de artículos como cosméticos, bombillas, baterías y empastes de dientes.
DAÑOS EN FETOS Y BEBÉS
El Convenio también busca la disminución de las emisiones de mercurio que se generan de forma colateral en otros procesos, como la generación de energía en centrales térmicas de carbón, la incineración de residuos y la producción de clínker de cemento, y contiene medidas sobre el almacenamiento provisional de mercurio, los residuos de mercurio y la reducción de riesgos de sitios contaminados.
"El Convenio de Minamata muestra que nuestro trabajo global para proteger el planeta y su gente puede continuar uniendo a las naciones. Lo hicimos por la capa de ozono, lo estamos haciendo por el envenenamiento con mercurio y es lo que necesitamos hacer respecto al cambio climático, una causa a la que también servirá el Convenio de Minamata", dijo Erik Solheim, director ejecutivo de ONU Medio Ambiente.
No existe un nivel seguro de exposición al mercurio ni hay cura para el envenenamiento. En niveles altos de consumo, el mercurio puede causar daños irreversibles para la salud y el sistema neurológico. Los fetos y los bebés son los más vulnerables, así como las poblaciones que comen pescado contaminado, los que utilizan mercurio en el trabajo y quienes viven cerca de una fuente de contaminación o en climas más fríos, donde este peligroso metal pesado tiende a acumularse.
Un estudio de este año que comparó los niveles de mercurio entre mujeres en edad de procrear, en las regiones de Asia y el Pacífico, encontró abundantes rastros de mercurio en el 96% de las participantes que vivían en comunidades del Pacífico, donde las dietas son altas en pescado.
Cada año se emiten hasta 8.900 toneladas de mercurio. Este metal puede liberarse naturalmente a través de la erosión de rocas que lo contienen, incendios forestales y erupciones volcánicas, pero emisiones significativas provienen de los procesos humanos, particularmente de la quema de carbón, y la minería de oro artesanal y de pequeña escala. Sólo la minería expone a la intoxicación por mercurio a unos 15 millones de trabajadores en 70 países diferentes, incluidos niños.
Otras actividades humanas que pueden ser fuente de contaminación por mercurio son la producción de cloro y algunos plásticos, la incineración de desechos y el uso de mercurio en laboratorios, productos farmacéuticos, conservantes, pinturas y joyas. Dado que el elemento es indestructible, el Convenio también estipula las condiciones para el almacenamiento provisional y la eliminación de los desechos de mercurio.
Al igual que otros metales pesados, el mercurio permanece en el medio ambiente y se acumula en los tejidos humanos y de animales, particularmente en los peces. Debido a que se evapora fácilmente, puede ser transportado a través del aire a largas distancias, lejos de su fuente de emisión original, y contamina el aire, el agua y el suelo.

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