Rifkin advierte a España por su retraso en el tránsito a la economía digital

  • El economista y sociólogo estadounidense Jeremy Rifkin ha advertido de que España podría quedarse atrás en la transición hacia la economía digital, que en las próximas cuatro décadas generará millones de empleos para la transformación de las ciudades, las infraestructuras y el sistema energético.

Matilde Martínez

Madrid, 20 sep.- El economista y sociólogo estadounidense Jeremy Rifkin ha advertido de que España podría quedarse atrás en la transición hacia la economía digital, que en las próximas cuatro décadas generará millones de empleos para la transformación de las ciudades, las infraestructuras y el sistema energético.

En una entrevista con EFE, Rifkin lamenta que en España no se esté apostando por la energía renovable y cree que el actual Gobierno no comprende que éste será uno de los pilares de la tercera revolución industrial en la que el "superinternet de las cosas" conectará recursos naturales, cadenas de producción, redes de distribución, vehículos, hogares e incluso seres humanos.

Así lo describe en su nuevo libro "La sociedad de coste marginal cero. El internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo", publicado por Paidós.

En él, pronostica que habrá millones de sensores instalados en todas partes y enviando cantidades ingentes de datos a la red que permitirán elevar la eficiencia y reducir casi a cero el coste marginal de producir (lo que cuesta fabricar un bien o dar un servicio una vez que se han cubierto los costes fijos).

Ello dará lugar a una economía de bienes y servicios casi gratuitos, en la que el capitalismo ya no será el paradigma económico dominante, sino que convivirá con una economía colaborativa en la que los mercados cederán terreno a las redes.

La propiedad, continúa Rifkin, perderá importancia, el interés personal se cambiará por el interés común y el sueño de la riqueza se sustituirá por el de una calidad de vida sostenible.

"Esto ya está aquí", asegura Rifkin, que reconoce que los cambios suponen una "verdadera perturbación" para la industria tradicional, de la que pone como ejemplo el sector del automóvil, que fue la pieza central de la segunda revolución industrial y al que ya están afectando tanto los cambios tecnológicos como la nueva mentalidad de unos consumidores más colaborativos.

Rifkin cita a Lawrence Burns, un antiguo ejecutivo de General Motors -ahora profesor universitario-, que augura que por cada vehículo compartido dejarán de producirse quince y que calcula que con el 20 % de los coches que circulan en la actualidad se podrá mantener el mismo nivel de movilidad de la ciudadanía.

A ello se suma, explica Rifkin, que los vehículos serán autónomos en una década, lo que facilitará compartirlos, y que los coches se podrán fabricar por impresión 3D, algo que ya es una realidad con la presentación hace unos días en Chicago del "Strati", primer vehículo eléctrico impreso en 3D por una compañía local.

"No conozco a ningún joven que quiera tener un coche en propiedad. Lo que quieren es el acceso a la movilidad", señala Rifkin, para quien esa es la explicación de la proliferación de plataformas que promueven el uso compartido entre particulares.

En su opinión, este fenómeno es imparable, por eso resta importancia a la polémica surgida en España con la aplicación Uber, que pone en contacto a conductores particulares con potenciales clientes.

"Uber es una gran compañía con ánimo de lucro que tiene detrás capital de Goldman Sachs y Google, pero lo interesante será lo que venga después, cuando los ciudadanos en Madrid o Barcelona se pregunten por qué utilizar Uber y que nuestro dinero se vaya fuera de la comunidad local a empresas que no conozco, cuando tenemos a nuestro al alcance la tecnología (web y GPS) que nos permite hacerlo a nosotros mismos", afirma.

Rifkin explica que este es el cambio que convertirá a los consumidores en "prosumidores" y hace hincapié en que es algo que ya ha pasado en el sector del entretenimiento y el periodismo, con toda una generación de jóvenes que produce y comparte sus vídeos, música o blogs de noticias a coste casi cero y al margen de los contenidos de la industria tradicional.

Lo mismo ocurrirá con el sector energético, con millones de hogares produciendo su propia energía "limpia" casi sin coste y compartiendo sus excedentes, lo que Rifkin cree que convertirá al medio ambiente en el principal beneficiado del nuevo modelo económico que se avecina.

"Este es el único camino que conozco para enfrentar el cambio climático, porque si llegamos a producir energía, bienes y servicios a coste marginal casi cero y los compartimos más, eso significa que estaremos usando menos recursos naturales", afirma.

"En España hay una generación de jóvenes que ya es digital y que pueden iniciar el proceso de cambio mañana mismo", pero hace falta una nueva forma de pensar, dice Rifkin, que prevé una "masiva" generación de empleo cualificado y no cualificado durante dos generaciones para el desarrollo de infraestructuras inteligentes.

A partir de ahí, el mercado de trabajo también cambiará para siempre, con una migración del empleo hacia la economía social o el tercer sector.

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