LA ANTÁRTIDA ‘SE ENCOGIÓ’ HACE 23 MILLONES DE AÑOS POR NIVELES INAUDITOS DE CO2 EN LA ATMÓSFERA

La capa de hielo de la Antártida disminuyó hace alrededor de 23 millones de años, pasando de una extensión mayor que la actual a otra la mitad de la superficie de ahora, debido a que la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) aumentó a niveles nunca antes experimentados por los seres humanos.
Hasta ahora, diversos modelos informáticos sugerían que la causa de ese ‘encogimiento’ de la Antártida se debía a un pico histórico de CO2, pero no había evidencias de ello hasta que un equipo de investigadores han verificado esta hipótesis gracias al estudio de hojas fosilizadas recuperadas del lecho de un lago en Nueva Zelanda, que demuestran por primera vez que los niveles de dióxido de carbono aumentaron drásticamente en un periodo relativamente corto de tiempo y causaron el deterioro en la capa de hielo antártica.
El estudio, publicado en la revista ‘Earth and Planetary Science Letters’, fue realizado por Tammo Reichgelt, del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), y Bethany Fox, de la Universidad de Waikato (Nueva Zelanda).
“Cuando la capa de hielo antártica comienza a deteriorarse no es tan fácil obtener de nuevo”, indica Reichgelt, antes de explicar: “Algunos modelos han demostrado que, al paso que vamos en este momento, la capa de hielo de la Antártida podría llegar a un punto de inflexión crítico y comenzar a reducirse la extensión muy rápidamente. Eso ha sucedido en el pasado".
HASTA 1.550 PPM DE CO2
Los científicos examinaron un periodo de 100.000 años en la transición entre el Oligoceno y el Mioceno. Entonces, la capa de hielo de la Antártida era un 125% mayor que la actual y terminó siendo un 50% más pequeña que la de ahora.
Justo antes de que la capa helada comenzara a declinar, los niveles de CO2 en la atmósfera pasaron de cerca de 500 partes por millón (ppm) a entre 750 y 1.550 en un lapso de unos 20.000 años. Después, cayó a cerca de 425 ppm.
“Ésta es la primera vez que hemos encontrado pruebas de que fluctuaciones de CO2 de esa magnitud pueden ocurrir en escalas de tiempo relativamente cortas”, apunta Reichgelt. El dióxido de carbono atmosférico ha superado en la actualidad las 400 partes por millón.
Este investigador señala que aún se desconoce qué causó ese aumento atmosférico de CO2 hace 23 millones de años. Los periodos glaciares han coincidido con los cambios cíclicos en la órbita de la Tierra y una teoría sugiere que el material orgánico que se había acumulado en el océano Antártico pudo haber comenzado la oxigenación de forma más rápida, liberando así grandes cantidades de dióxido de carbono.
Para realizar el estudio, los científicos analizaron núcleos de sedimentos en el fondo de un antiguo lago en la Isla Sur de Nueva Zelanda, donde las condiciones en aquella época eran ideales para preservar pruebas de los climas del pasado. Esa zona estaba rodeada de una selva tropical y el lago era profundo y creó bajas condiciones de oxígeno en su lecho, lo que ayudó a preservar las hojas que cayeron y se hundieron en él.
Los investigadores vieron claramente el tamaño, la forma y el número de estomas de las hojas, así como la abertura por la que dejaron ‘respirar’ CO2 y liberaron oxígeno. La composición isotópica del carbono junto con los datos de las estomas proporcionaron a los científicos las estimaciones de CO2 atmosférico de hace 23 millones de años.

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