UN CHIMPANCÉ CON PARÁLISIS VUELVE A CAMINAR GRACIAS A UNA PANTALLA TÁCTIL

Un chimpancé macho de 34 años, llamado ‘Reo’, ha aprendido a volver a caminar de nuevo después de quedarse paralizado por una enfermedad gracias a una pantalla táctil con la que fue estimulando su mente con tareas cognitivas y con recompensas de comida.
Así lo explica Yoko Sakuraba, de la Universidad de Kioto (Japón), en un artículo en ‘Primates’, la publicación oficial del Centro Japonés de Monos, quien destaca que puede rehabilitarse a animales lesionados en cautividad.
“Las tareas cognitivas pueden ser una forma útil de rehabilitar a chimpancés con discapacidad física y, por lo tanto, de mejorar su bienestar en cautividad”, apunta, antes de indicar que la eutanasia no tiene por qué ser la única opción para los animales lesionados que están en cautiverio y que la personalidad y el estado físico de cada animal deben ser considerados en cada programa de rehabilitación.
En su trabajo normal, los científicos del Instituto de Investigación de Investigación de Primates de la Universidad de Kioto utilizan la interacción de chimpancés con ordenadores y pantallas táctiles para estudiar la cognición y la percepción de estos animales.
Cuando ‘Reo’ tuvo 24 años, en 2006, de repente se quedó paralizado del cuello hacia abajo al inflamársele una parte de la médula espinal. Personal de este Instituto puso a su disposición esa tecnología con pantallas táctiles para estimularle a volver a caminar. Es el primer caso en que un chimpancé con parálisis se ha rehabilitado a través de un programa de este tipo.
En los primeros 10 meses tras la parálisis, ‘Reo’ quedó severamente discapacitado y permaneció acostado sobre su espalda. Poco a poco se fue recuperando lo suficiente para sentarse y más tarde podía ponerse en posición vertical con el uso de cuerdas suspendidas. Con fisioterapia intensiva durante 41 meses seguidos, fue capaz de erguirse utilizando sólo sus brazos.
REINTEGRACIÓN CON OTROS ANIMALES
Para ayudar a la integración definitiva de ‘Reo’ de nuevo entre los otros 12 animales existentes en el Instituto, sus cuidadores decidieron tratar de sacarlo a caminar de nuevo incorporando una tarea informatizada en ese proceso, lo que fue considerado como una opción porque el chimpancé había aprendido en su juventud a realizar tareas cognitivas en un panel táctil, con lo que se había acostumbrado a recibir recompensas de comida cada vez que tenía éxito en las tareas que se le presentaban.
Así, se colocó un monitor de ordenador en una de las paredes del Instituto. A ‘Reo’ le pusieron de nuevo tareas cognitivas, aunque no fue un camino de rosas en un primer momento porque los investigadores tuvieron que adaptar sus ideas siete veces antes de que el chimpancé cooperara, ya que estaba temeroso.
A partir de entonces, cada vez que completaba una tarea con éxito recibía una recompensa de comida que se colocaba en una bandeja en el lado opuesto de la habitación. Esto significaba que ‘Reo’ tenía que moverse al menos dos metros para llegar a ella. Para ocuparse de la pantalla e iniciar una nueva tarea, tenía que hacer el viaje de vuelta, es decir, desplazarse otros dos metros.
Estas tareas se realizaron al principio utilizando una cuerda de asistencia, pero poco a poco ‘Reo’ comenzó a moverse en una posición más erguida y de lado a lado, a la manera de un pingüino caminando. Las sesiones de rehabilitación le animaron a aumentar considerablemente sus movimientos y empezó a caminar hasta 500 metros en una sesión de dos horas.

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