EL CSIC DOCUMENTA LAS TORMENTAS MEDITERRÁNEAS DE LOS ÚLTIMOS 2.275 AÑOS

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), el Instituto Pirenaico de Ecología(IPE) y el Instituto de Física Química Rocasolano (IQFR), todos ellos pertenecientes al CSIC, han documentado las grandes tormentas registradas en el oeste del Mediterráneo, en concreto en Lleida, en los últimos 2.775 años.
Los investigadores, gracias a los registros sedimentarios del lago Montcortés, han reconstruido año a año las lluvias extremas y las han relacionadas con la Oscilación del Mediterráneo, un patrón que condiciona las precipitaciones de esta área del planeta.
Este registro ha permitido, según informa el CSIC en una nota, calcular con precisión los diferentes periodos de retorno de las tormentas en el pasado.
El investigador del IQFR Juan Pablo Corella afirmó que "se trata de un registro sedimentario tan detallado que permite hasta determinar la estación del año en la que se produjeron las tormentas". Además, "los datos obtenidos pueden ayudar a comprender el comportamiento del clima ante el cambio global", señaló.
Los investigadores reconstruyeron fases negativas de la Oscilación del Mediterráneo durante los últimos tres milenios, un patrón climático determinado por el gradiente de presión entre el este y el oeste del Mediterráneo y que controla las lluvias en el sur de Europa. Así, cuando esta oscilación es negativa, llueve más en la Península Ibérica.
Con esta resolución anual se comprobó que entre los años 370 y 670 hubo una etapa especialmente seca en la península, con pocas lluvias y, a la vez, las temperaturas en Europa eran frías.
Es posible que estas condiciones climáticas influyeran de una manera socioeconómica en el declive final del Imperio Romano y el auge del periodo migratorio europeo.
También sirvió para determinar que durante la Edad Media, cuando las temperaturas fueron más altas que en la actualidad, hubo una alternancia de episodios muy secos y lluvias extremas.
Entre 1537 y 1805 ocurrió una mayor estabilidad híbrica que coincidió con la bajada generalizada de las temperaturas que se produjo. Esta etapa se ha bautizado como la Pequeña Edad del Hielo europea.

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