LA CAZA MASIVA DE LEONES Y OSOS MARINOS LOS HA CONVERTIDO EN SUPERDEPREDADORES EN EL ATLÁNTICO SUR

La captura masiva de leones y osos marinos por parte de los europeos en las costas atlánticas de América del Sur, que comenzó a finales del siglo XVIII y duró hasta la segunda mitad del siglo XX en Argentina y Uruguay, ha cambiado las pautas de alimentación de estos pinnípedos y la estructura de la red trófica costera, de manera que ahora son animales superdepredadores.
Así lo determinan los trabajos del equipo codirigido por Lluís Cardona, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales y del Instituto de Investigación de Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB), y por Enrique Crespo, del Centro Nacional Patagónico y de la Universidad Nacional de la Patagonia (Argentina).
Los resultados de esta investigación se presentan en dos artículos publicados en las revistas científicas ‘Oecologia’ y ‘Paleobiology’, de los que también son coautores Fabiana Saporiti y Lisette Zenteno (UB-IRBio), y Damián G. Vales (Centro Nacional Patagónico), entre otros expertos.
La caza y la pesca suelen reducir la abundancia de las especies de mayor tamaño. Por este motivo, la megafauna se considera uno de los componentes más amenazados de la biodiversidad.
Los científicos revelan los efectos ecológicos de la explotación de recursos marinos en las costas meridionales sudamericanas durante los últimos 6.000 años, centrándose en dos especies perseguidas tanto por los cazadores-recolectores aborígenes como por los colonizadores europeos: el león marino sudamericano (‘Otaria flavescens’) y el oso marino sudamericano (‘Arctocephalus australis’).
El león marino sudamericano es un mamífero marino de constitución robusta, con un hocico corto y aplastado, que abunda en las costas de América del Sur, desde Perú al cabo de Hornos, y hasta las costas de Brasil. Con una distribución geográfica similar, el oso marino sudamericano tiene la mitad de tamaño y un hocico más alargado, se alimenta principalmente de peces pelágicos y ocupa una posición inferior en la pirámide alimentaria del ecosistema marino en comparación con la otra especie.
Hace unos 6.000 años, las poblaciones de cazadores-recolectores de Tierra del Fuego comenzaron a explotar ambas especies, una actividad que posteriormente se extendió hasta el norte de la Patagonia. “Son los mamíferos marinos más abundantes de la región en la actualidad e históricamente habían sido explotadas intensamente por los cazadores-recolectores aborígenes, que basaban una parte importante de sus recursos en estas especies», explica Cardona.
TÉCNICAS INNOVADORAS
Aplicando de forma innovadora las técnicas de análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno a los restos óseos de los leones y osos marinos (provenientes de yacimientos arqueológicos tanto de la Patagonia como de Tierra del Fuego), los expertos pudieron reconstruir las dietas de los pinnípedos en diferentes periodos a lo largo de la segunda mitad del Holoceno y compararlas con las actuales.
“Todo indica que la explotación aborigen no afectó a sus dietas ni a la estructura de la red trófica, aunque era habitual consumir tanto leones y osos marinos como algunos peces y aves marinas. Por tanto, durante milenios, la red trófica no varió de forma relevante a pesar de los cambios en la productividad primaria del océano, y los leones y osos marinos ocuparon un nivel trófico inferior al actual, similar al que ocupa la merluza hoy en día”, apunta Cardona.
Con la llegada de los europeos a partir del siglo XVI (y, más en concreto, durante la fase de explotación masiva de los recursos marinos que se inició a finales del siglo XVIII), la dieta de los leones y los osos marinos cambió. La presión humana diezmó ambas especies, lo que terminó alterando la pirámide alimentaria y el papel ecológico de los grandes vertebrados marinos en el extremo del continente sudamericano, explican los autores. “Los leones y los osos marinos ocupan hoy día un nivel trófico superior al que ocupaban antes de la llegada de los europeos. Ahora son depredadores apicales, es decir, superdepredadores”, detalla Cardona.
En el caso del oso marino sudamericano, que tiene una boca más pequeña, el cambio de dieta no ha sido tan espectacular, porque tiene una limitación física para capturar grandes peces y, por tanto, menor plasticidad trófica. En cambio, el león marino sudamericano ha pasado de comer anchoas a consumir merluzas y pulpos.

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