La pequeña, que ya se sabe que es una hembra, está en proceso de aclimatación a la manada de gacelas que habitan la sabana, compuesto por el macho, su progenitora y otras dos hembras, que también se prevé que estén preñadas. Todo el grupo llegó a Valencia con el objetivo de formar un grupo reproductor estable.
Para vigilar su crecimiento y adaptación con la manada, se mantiene en el recinto interior, al que tienen acceso los adultos, y la pequeña está bajo el cuidado del equipo técnico del centro que la está alimentando mediante biberones y controlando su correcta evolución.
Esta es la tercera cría de gacela Mhorr nacida en Bioparc Valencia, un nacimiento muy especial que impulsa la labor de conservación de esta especie en peligro de extinción que, gracias a la cooperación de diferentes instituciones, ha podido comenzar a reintroducirse en su entorno natural.
Los ejemplares que actualmente existen descienden de un grupo de 11 gacelas rescatadas del Sahara. Esta gacela se puede diferenciar del resto en la sabana por su blanco pelaje cubierto de un color castaño rojizo en su dorso, además de sus característicos cuernos en forma de ese. Presenta largas y esbeltas patas y un largo cuello, este antílope alcanza los 70 kilos de peso, lo que la convierte en la mayor de las gacelas del mundo.
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