EL PINGÜINO PAPÚA TRIPLICA SU POBLACIÓN EN LA ANTÁRTIDA DESDE 1978

- Pero descienden las parejas de pingüino barbijo (-68%) y adelaida (-42%). Las poblaciones de pingüinos en la remota isla antártica de Signy corren una suerte dispar en las últimas cuatro décadas, ya que mientras las parejas reproductoras de pingüino papúa se han más que triplicado, las de adelaida han caído un 68% y las de barbijo han descendido un 42%.
Así lo afirman científicos de Investigación Antártica Británica (British Antarctic Survey o BAS, por sus siglas en inglés), en un estudio a partir de 42 años del censo de estas especies de pingüino en la isla de Signy, situada en el archipiélago de las Orcadas del Sur (entre Sudamérica y la Península Antártica).
El estudio, publicado en la revista ‘PLOS ONE’, indica que el número de parejas reproductoras de pingüino papúa (‘Pygoscelis papua ellsworthii’) ha pasado de 370 en 1978 a 1.315 en 2016, lo que supone un incremento del 255%.
Sin embargo, la cifra de parejas de pingüino barbijo (‘Pygoscelis antarcticus’) disminuyó en los últimos 38 años, al pasar de 60.379 parejas en 1978 a 19.530 este año, lo que representa un descenso del 68%. Y la de pingüino Adelaida (‘Pygoscelis adeliae’) se ha reducido un 42%, desde 31.807 hasta 18.333.
Los científicos indican que tres colonias de pingüino adelaida desaparecieron por completo desde la década de 1970, las de barbijo han estado en constante disminución y las de papúa han fluctuado constantemente, aunque con una tendencia general al alza.
Estudios realizados en diferentes áreas de la Península Antártica Occidental y el mar de Scotia (que cuenta con el llamado Arco de Scotia, que es un arco volcánico oceánico y cordillera submarina que continúa bajo el agua la cordillera de los Andes y enlaza con la cordillera antártica de los Antartandes) muestran evidencias similares de caída poblacional de pingüinos adelaida y barbijo, mientras que las parejas de pingüinos papúa se han mantenido constantes o han aumentado.
Los investigadores destacan que las temperaturas de la Península Antártica se incrementaron hasta en un 0,5ºC por década durante la segunda mitad del siglo XX, aunque en los últimos años se ha producido una pausa en esta tendencia al alza.
“Hemos realizado un seguimiento de estas poblaciones de pingüinos como parte de un programa más amplio para comprender cómo los animales de la Antártida responden a los cambios ambientales. Nuestros hallazgos en la isla Signy son particularmente interesantes porque se parecen mucho a las tendencias encontradas en otros sitios de la Península Antártida Occidental y del Arco de Scotia. Los resultados indican un patrón de cambio de la población que tiene lugar en toda esta región”, explicó Mike Dunn, experto en pingüinos de la BAS.

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