LA ‘TEORÍA DEL CISNE NEGRO’ OCURRE EN ANIMALES CON MUERTES MASIVAS E INESPERADAS

Los episodios de la ‘teoría del cisne negro’, que son raros, ocurren sin previo aviso y se han utilizado para describir colapsos bancarios, terremotos devastadores y otras sorpresas importantes en los sistemas financieros, sociales y naturales, también ocurren en poblaciones de animales y generalmente se manifiestan como muertes masivas e inesperadas, sobre todo en las aves.
Esta teoría aparece por primera vez en 2007 en el libro ‘El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable’, de Nassim Nicholas Taleb, y encierra una metáfora con el concepto de que cuando un suceso es una sorpresa y tiene un impacto, pero después puede ser racionalizado como si fuera esperado porque los datos estaban disponibles y no se tuvieron en cuenta, es decir, que el acontecimiento se venía venir.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos) y la Universidad Simon Fraser (Canadá) es el primero en documentar que esos eventos de ‘cisne negro’ también se producen en poblaciones de animales.
El trabajo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, se basó en datos de más de 600 poblaciones de animales, entre ellos mamíferos, aves, peces e insectos. Los investigadores encontraron que los cambios poblacionales drásticos ocurrieron en un 4% de los casos, sobre todo en pájaros.
Esos episodios sucedieron como colapsos masivos o inesperados de la población en lugar de aumentos poblacionales. “Todo el mundo asume que una población animal tiene la misma oportunidad de subir o de bajar, pero hemos descubierto que eso no es cierto", apunta Trevor Branch, de la Universidad de Washington y coautor del estudio.
La mayoría de los casos se producen por factores como parásitos, inviernos severos, depredadores o el clima. “Anticiparía que el cambio climátio hará que los eventos del ‘cisne negro’ sean aún más importantes. Esperamos un aumento en la frecuencia y la magnitud del clima extremo, y es muy posible que veamos eventos de ‘cisne negro’ más comunes en las poblaciones de animales”, subraya Sean Anderson, de la Universidad de Washington.
Hace unos dos años, más de un tercio de la población mundial de antílopes saiga murió en pocos días. Los investigadores determinaron más tarde que una infección bacteriana estaba detrás de las muertes de los antílopes en peligro de extinción en Kazajistán. Es un ejemplo clásico de un evento de ‘cisne negro’ que impacta en animales.
Otros ejemplos incluidos en el estudio son los declives de la población de garza gris de Inglaterra a mediados del siglo XX por los inviernos fríos, el descenso de los cormoranes europeos por las mareas a finales de los años 60 y el colapso de los gusanos rojos de Escocia en los 70 debido a brotes de parásitos y a los zorros depredadores.

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