EL MURO DE TRUMP ENTRE EEUU Y MÉXICO AFECTARÁ MÁS A LA FAUNA QUE A LAS PERSONAS

La construcción de un muro a lo largo de la frontera de unos 3.200 kilómetros entre Estados Unidos y México, propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, plantearía grandes desafíos para la biodiversidad y tendría menos efectos en los seres humanos que en la fauna.
Esta es la conclusión principal de un trabajo realizado por la periodista científica Lesley Evans Odgen y publicado en la revista ‘BioScience’, donde analiza los efectos potenciales que ese muro acarrearía desde el punto de vista ecológico y asegura. "Si se completa el muro, creará un desafío considerable de conservación de la biodiversidad, que probablemente no desaparecerá pronto”, afirma.
El estudio indica que las amenazas a las poblaciones locales de especies pueden ser graves porque los grupos pequeños a menudo son efímeros y dependen de individuos que se mueven entre ellas para aumentar su número y sus reservas genéticas. “Las poblaciones locales parpadean como luces navideñas”, ilustra Aaron Flesch, de la Universidad de Arizona, entrevistado para el trabajo.
La investigación señala problemas incluso en áreas donde se han tomado medidas para permitir el movimiento de los animales. “Incluso cuando no hay un muro físico o una gran barrera, (los agentes fronterizos) se dedican activamente a hacer cumplir la ley a través de patrullas”, apunta David Christianson, de la Universidad de Arizona.
Christianson añade que esas patrullas, que pueden interrumpir el movimiento u otro comportamiento animal, a menudo incluyen viajes fuera de la carretera "justo en medio de ese hábitat de especies en peligro de extinción".
De hecho, datos preliminares de collares eléctricos y cámaras fotográficas indican que algunas especies, como el antílope americano (‘Antilocapra americana’), no viajan frecuentemente cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.
INVESTIGACIÓN CON CÁMARAS
Tal vez lo más significativo, según Evans Ogden, es que endurecer las barreras fronterizas pueden ser ineficaz en la prevención del paso de los seres humanos.
Así, Jamie McCallum, consultor de Transfrontier International Limited, y científicos de la Sociedad Zoológica de Londres establecieron trampas con cámaras en áreas protegidas donde ya hay barreras de acero de cuatro a cinco metros de altura, con el fin de ‘capturar’ la presencia de mamíferos a lo largo de la frontera.
Entonces, detectaron que había menos coatíes y pumas cerca de las fronteras amuralladas, pero la evidencia fotográfica no halló menos probabilidad de encontrar contrabandistas o inmigrantes indocumentados cerca de los muros fronterizos.

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