Así lo ha señalado el ganadero de la cabaña afectada, Juan Carlos López, a través de la información facilitada a Europa Press por la organización profesional agraria Asaja Salamanca.
Según ha apuntado el sindicato, el hombre, al acudir el martes a la explotación que aglutinaba en esos momentos 60 ovejas, vio a "unos 300 buitres" en la zona, yalgunas de las ovejas vivas se encontraban refugiadas bajo remolques y otras tantas aparecieron a una distancia de casi cinco kilómetros.
Ya por la tarde, agentes medioambientales acudieron al lugar de los hechos y certificaron las muertes de unas reproductoras que presentaban picaduras en los lomos, ubres y ojos. "Algunos ejemplares sólo tenían ya los huesos", ha apuntado Asaja.
Tras el ataque, el ganadero ha cifrado unas pérdidas económicas en casi 2.000 euros, en los que contabiliza los animales muertos y su producción. "De 14 ovejas, diez iban a parir en breve", ha dicho.
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