Serra da Enciña da Lastra: oscuros secretos en plena Red Natura

  • La Sierra de la Encina de la Lastra (Serra da Enciña da Lastra) esconde oscuros secretos que la han convertido en un referente para los aficionados a la espeleología, pero la rareza y riqueza de sus recursos naturales están multiplicando las potencialidades de este espacio de la Red Natura 2000.

Raúl Casado

Madrid, 11 jul.- La Sierra de la Encina de la Lastra (Serra da Enciña da Lastra) esconde oscuros secretos que la han convertido en un referente para los aficionados a la espeleología, pero la rareza y riqueza de sus recursos naturales están multiplicando las potencialidades de este espacio de la Red Natura 2000.

Situada en el noroeste de la provincia de Orense, lindando ya con la provincia de León, la Serra da Enciña da Lastra es, además de uno de los seis Parques Naturales de Galicia, Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección para las Aves, figuras de protección previstas en la red europea Natura 2000; una sierra "empotrada" en los valles del río Sil y coronada por cumbres de roca caliza, lo que supone una rareza -y un atractivo- en Galicia.

La directora general de Conservación de la Naturaleza de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras de la Xunta de Galicia, Verónica Tellado, ha subrayado que estas "marcas" -Parque Natural y Red Natura- suponen "un valor añadido que contribuye a mejorar la promoción y a potenciar las oportunidades ligadas a los recursos naturales del lugar".

Tellado, en declaraciones a EFEverde, ha asegurado que en los lugares en los que existe una figura de protección aumenta el interés de todos los sectores; y ha incidido en que aumenta el número de visitantes y el interés de las empresas por ligarse a ese espacio protegido.

Según la directora general, existen además ayudas económicas y de apoyo técnico que aumentan las oportunidades de los habitantes en las actividades relacionadas con los recursos naturales del lugar, "y en definitiva se traducen en un aumento de la calidad de vida".

A su juicio, las reticencias que existen en algunos lugares hacia la Red Natura 2000 se deben "a un total desconocimiento o a una información errónea facilitada de manera interesada", y ha apuntado que la experiencia está demostrando que esta etiqueta (Natura 2000) es "un incentivo" al desarrollo que acaba redundando en un aumento de la actividad económica.

Verónica Tellado ha incidido en la importancia de que exista una comunicación fluida y abierta entre los gestores del territorio y las personas que habitan en un lugar, y ha aseverado que las oportunidades de los espacios protegidos son superiores a las limitaciones que pudieran existir, ya que aumentan la financiación, la creación de infraestructuras, el empleo o los servicios.

El símbolo de este espacio de la Red Natura 2000 es la encina, un árbol propio de climas mediterráneos y de suelos calizos, y un ejemplar situado junto al cementerio de la localidad de Covas está catalogado como "árbol singular" y considerado como el más grande de Galicia. A esos árboles, en algunos casos majestuosos, se suman otras "rarezas" gallegas, entre ellas las 25 especies diferentes de orquídeas que es posible encontrar.

Además de los árboles propios de un clima mediterráneo el lugar tiene la singularidad de reunir en un espacio relativamente pequeño una gran cantidad de "palas" o cuevas, ya que está salpicado por más de doscientas simas y cuevas; lugares donde, además de espectaculares estalactitas y estalagmitas, conviven algunas de las mayores colonias de murciélagos de España.

La fauna de vertebrados es una de las más ricas de España, y en el espacio se localizan algunos animales poco comunes y de distribución muy restringida, entre ellas algunas de las rapaces más emblemáticas de la península ibérica, como el alimoche, el águila real, el águila culebrera, el águila calzada, el halcón peregrino o el búho real.

Y sobre las limitaciones que pudiera haber en éste o en otros lugares de la Red Natura 2000, la directora general de Conservación de la Naturaleza de la Xunta de Galicia lo tiene claro: "las limitaciones que puedan existir están casi siempre vinculadas a actividades que no son propias del lugar, y que de no limitarlas serían perjudiciales".

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