TRES DE CADA CUATRO ESPECIES AMENAZADAS ESTÁN EN PELIGRO POR LA CAZA Y LA AGRICULTURA

Tres cuartas partes de las especies amenazadas del mundo están en peligro porque las personas están convirtiendo sus hábitats en tierras agrícolas o sobreexplotan sus poblaciones con actividades como la caza, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland (Australia), la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El estudio está publicado en la revista ‘Nature’ a menos de un mes de que se celebre el Congreso Mundial de la Naturaleza, que, con la organización de la UICN, reunirá a entre 8.000 y 10.000 delegados en Honolulu (Hawai) del 1 al 10 de septiembre y será el primer evento mundial de conservación y desarrollo sostenible desde que el pasado mes de diciembre se aprobara el Acuerdo de París.
Los investigadores analizaron el estado de 8.688 especies de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN y encontraron que el 72% de ellas están en peligro por la sobreexplotación, que deja las tasas de las poblaciones a niveles interiores a la reproducción o el recrecimiento, y el 62% por la agricultura debido a la producción de alimentos, el forraje, el cultivo de fibras y combustibles, la cría de ganado, la acuicultura y el cultivo arbóreo). En comparación, un 19% de las especies se hallan amenazadas por el cambio climático.
Un total de 5.407 especies están en peligro únicamente por la agricultura, entre ellas el guepardo, el licaón o perro salvaje africano y la nutria de Sumatra, en tanto que la caza ilegal diezma poblaciones de todas las especies de rinoceronte y elefante, el gorila occidental y el pangolín chino.
El estudio indica que otras amenazas afectan a un menor número de especies, como la foca de casco o capuchina, debido al cambio climático, que está situado en el séptimo lugar de un listado de 11 peligros para los animales amenazados.
“Hacer frente a estos viejos enemigos de la sobreexplotación y las actividades agrícolas son clave para dar la vuelta a la crisis de la extinción de la biodiversidad”, apunta Sean Maxwell, de la Universidad de Queensland y autor del estudio.
Con motivo del Congreso Mundial de la Naturaleza, representantes gubernamentales, de la industria y de las ONG definirán las orientaciones futuras para la conservación del planeta. Los autores del estudio instan a los delegados que acudan a Hawái a que propongan y financien acciones que tienen que ver con las mayores amenazas actuales a la biodiversidad.
“La historia nos ha enseñado que minimizar el impacto de la sobreexplotación y la agricultura requiere una variedad de acciones de conservación que se pueden lograr. Acciones como áreas protegidas bien gestionadas, la aplicación de la legislación de caza y la gestión de los sistemas agrícolas de manera que permitan que las especies amenazadas continúen en ellos tienen un papel importante que desempeñar en la reducción de la crisis de la biodiversidad”, apunta james Watson, de la WCS y de la Universidad de Queensland.
Por su parte, Thomas Brooks, de la UICN, recalca que “la reducción de los impactos inmediatos es esencial para hacer frente a la crisis de la biodiversidad, pero el cambio climático podría convertirse en una amenaza cada vez más dominante para las especies en las próximas décadas”.

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