La presencia de depredadores afecta a la distribución de árboles de un bosque

  • Los ratones de campo, animales dispersantes de semillas, esparcen mejor las bellotas por el bosque cuando no "huelen" a jineta, por lo que la presencia de estos carnívoros afecta, indirectamente, en la manera en la que están distribuidos robles o encinas en un bosque.

Madrid, 17 feb.- Los ratones de campo, animales dispersantes de semillas, esparcen mejor las bellotas por el bosque cuando no "huelen" a jineta, por lo que la presencia de estos carnívoros afecta, indirectamente, en la manera en la que están distribuidos robles o encinas en un bosque.

Según un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), cuando los roedores (Apodemus sylvaticus) perciben el olor a jineta (Genetta genetta), el miedo les hace estar en alerta y ser "más cautos" en sus movimientos, con lo que no dedican tiempo a buscar y recolectar bellotas, explica CREAF en un comunicado.

El estudio, realizado en el parque natural de Collserola (Barcelona), concluye que estos animales cambian su manera de buscar y manipular bellotas según los diferentes tipos de peligro que detectan a través del olfato.

De este modo, cuando los ratones detectan el olor de otros ratones, con los que compiten por el alimento, dedican tiempo a localizar las "mejores" bellotas y para evitar que les "roben" el alimento, esconden algunas y rápidamente, se llevan otras.

Esta diferencia de comportamiento en función de cómo huela el territorio puede tener consecuencias a una escala mayor en la regeneración natural del bosque y en la distribución de las plantas.

"Cuanto mayor sea la proporción de semillas enterradas por los ratones, mayor será la probabilidad de que germinen nuevas plantas, por lo tanto, a la planta le interesa que haya una buena población de roedores y no de jinetas", indica Alberto Muñoz, investigador del CREAF, centro asociado al CSIC.

Para realizar el experimento, los investigadores colocaron cerca de las bellotas en algunos casos algodones impregnados sólo con agua (inodoros); en otros, con agua mezclada con excrementos de ratones; y en otros, con agua mezclada con excrementos de jinetas.

Frente a los grupos de bellotas instalaron cámaras de filmación para estudiar todo el proceso.

La investigación también evidencia que las especies de un ecosistema están "muy interconectadas": la presencia de un carnívoro, que no come bellotas, también puede afectar a la distribución de especies como el roble o la encina.

El estudio, publicado en la revista Functional Ecology, ha sido realizado por investigadores del CREAF de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos.

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