EL CARBÓN CAUSA MÁS DE 700 MUERTES PREMATURAS AL AÑO EN ESPAÑA

- Según un estudio presentado hoy en Madrid. Las emisiones a la atmósfera emitidas por las centrales térmicas de carbón provocan al año más de 700 muertes prematuras en España, más de 450 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, más de 10.500 nuevos episodios de asma en niños y pérdidas económicas de entre 880 y casi 1.700 millones de euros anuales, derivadas del gasto sanitario y la reducción de la productividad causada por el absentismo laboral.
Estas son las principales conclusiones del estudio ‘Un oscuro panorama. Los efectos en la salud de la quema de carbón en España durante 2014’, elaborado por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) y presentado este miércoles en un acto público en Madrid.
La directora del IIDMA, Ana Barreira, indicó que el estudio recoge datos de 2014 porque comenzó a elaborarse el pasado verano y entonces no había información consolidada de años posteriores, y señaló que, al contrario que en España, China tiene aplicaciones informáticas con las que los ciudadanos pueden comprobar las emisiones de las centrales térmicas de carbón.
España cuenta con 16 centrales térmicas de carbón, pero la de La Pereda (Asturias) no está incluida en el sistema eléctrico. La mayoría las que forman parte del parque generador están localizadas en el noroeste de la península, con la distribución autonómica repartida entre Asturias y Castilla y León (cuatro), Andalucía (tres), Galicia (dos) y Aragón y Baleares (una).
Esas 15 instalaciones que vierten su energía en la red eléctrica generan una potencia neta instalada de 10.004 megavatios y los principales operadores son Endesa Generación (5.167,8 megavatios), Gas Natural Fenosa (1.909,3) e Hidroeléctrica del Cantábrico-EDP España (1.224).
El estudio analiza la dispersión de los contaminantes de las centrales térmicas de carbón, como partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre (SO2), a través de un modelo matemático que tiene en cuenta las variaciones espacio-tiempo de sus concentraciones. Después, incluye datos demográficos y epidemiológicos para cuantificar sus impactos en la salud de la población.
RECOMENDACIONES
El trabajo indica que las emisiones procedentes de la quema del carbón en España en 2014 están detrás de 709 muertes, 459 altas hospitalarias por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, 10.521 casos de síntomas de asma en niños, 1.233 de bronquitis en menores y 387 de bronquitis crónica en adultos.
Además, son responsables de 747.686 días de actividad restringida para hacer labores cotidianas y 163.326 días de trabajo perdido. Los costes sanitarios asociados alcanzaron un importe entre 880 y 1.667 millones de euros.
Massimiliano Patierno, ingeniero ambiental del IIDMA y coautor del informe, indicó que la zona noroeste de la península es la más afectada por la contaminación atmosfériga generada por las centrales térmicas de carbón, con la media anual de PM2.5 superior en Asturias y el norte de Castilla y León, y la de NO2 y de SO2 en Asturias y León.
Por su parte, Carlota Ruiz-Bautista, abogada especializada en Derecho Ambiental del IIDMA, comentó que “existe una relación bastante evidente entre la exposición a corto plazo de esos contaminantes con las enfermedades respiratorias” y destacó que un habitante de Asturias tiene 6,1 veces más probabilidades de fallecer debido a la contaminación causada por las partículas en suspensión PM2.5 que uno de la Comunidad de Madrid, y que en Castilla y León esa probabilidad se triplica respecto a Extremadura.
La directora del IIDMA, Ana Barreira, enumeró varias recomendaciones a la luz de los resultados del estudio, como “iniciar ya la descarbonización del modelo energético” con un plan de cierre de la centrales térmicas de carbón a más tardar en 2025 que incluya “medidas de transición justa” para asegurar alternativas de empleo a las personas afectadas.
Otras propuestas son que el Gobierno español y las autoridades autonómicas y municipales tomen “medida urgentes” para reducir los niveles de contaminación atmosférica cumpliendo con las directrices establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OSM), que las empresas energéticas internalicen los costes externos asociados a la generación de electricidad por la quema de carbón porque “generan impactos al medio ambiente y a la salud”, y más inversiones en energías renovables.
“Las medidas que se adopten en el corto, medio y largo plazo deben ser coherentes con la lucha contra el cambio climático, la protección del medio ambiente y el bienestar de las generaciones presentes y futuras”, concluyó Barreira.

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