Perdió a su mujer en la sala Bataclán y solo lucha...contra el odio

  • El periodista francés Antoine Leiris relata en un libro cómo se siente tras la muerte de su esposa en el atentado yihadista contra la sala de conciertos Bataclán. Su mensaje antiodio logró 200.000 adhesiones en facebook.

    Asegura que escribir este libro "no es un terapia", lo que verdaderamente le ayuda a superar la tragedia es "el contacto humano, hablar de ello y llorar con alguien".  

Antoine Leiris, el hombre sin odio de Bataclán
Antoine Leiris, el hombre sin odio de Bataclán
José González

La noche del 13 de noviembre de 2015   Antoine, un joven periodista francés, se queda en casa con el pequeño Melvil, de diecisiete meses, para que su mujer Hélène, pueda ir al concierto de los Eagles of Death Metal en la sala Bataclan. Tras enterarse de los atentados, y con el miedo en el cuerpo, Antoine recorre hospitales y comisarias de policía. Sus peores temores se confirman: Hélène es una de las víctimas.

Días después de los atentados escribió un mensaje en Facebook donde desnudaba su alma y reaccionaba a la pérdida de su amada, con esperanza y dulzura: “El viernes por la noche le robasteis la vida a un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo, pero no tendréis mi odio”, rezaba el post. Sin proponérselo, sus palabras se viralizaron y tuvieron un impacto mundial. En cuestión de minutos fue compartido por más de 200.000 personas.

A partir de ahí, publica un diario con la notas de doce días de aquel negro mes de noviembre. Bajo el título 'No tendréis mi odio', (Ediciones Península), el libro de unas 100 páginas, que se lee en poco más de hora, es un conmovedor testimonio contra la barbarie. El libro, editado en Italia, Japón, Alemania llega ahora a España.

Antoine Leiris, periodista cultural en France Info, aterriza en Madrid para presentar su obra. Poco expresivo, con unos profundos ojos azules y sin rabia, insiste en que escribir este libro no ha sido una terapia porque no está enfermo, solo triste porque ha perdido a la mujer que amaba.

Con centenares de muertos en tres grandes atentados, dos en París y uno en Niza, la sociedad francesa trata de asimilar y entender los motivos por los que es golpeada una y otra vez por el terror yihadista, una amenaza que se cuela en el debate político. “Utilizan los atentados con réditos electorales”, asegura el autor.

¿Escribir el libro se convirtió en una terapia para usted después de los atentados de París del 13-N en los que perdió a su mujer?

Una terapia significaría que estoy enfermo de algo y lo que me pasó a mí no es una enfermedad. Estoy triste de haber perdido a la mujer a la que amaba y tengo el peso de la responsabilidad de un niño. La palabra no sería terapia. Este libro es mi vida por derroteros inesperados y lo tomo como tal, pero no como una terapia porque no es una enfermedad.Y hablar, ¿le ayuda a superarlo?

El contacto humano es lo que ayuda. Hablar de ello, llorar con alguien, las palabras son un medio para reflexionar sobre el dolor pero no lo atenúa. El dolor de la pérdida no se puede superar solo delante del ordenador. ¿Qué fue lo más duro para usted y su hijo Melvil cuando murió su esposa, Hélène?

No podría determinar el momento más duro. Lo duro  fue que Helene muriese esa noche.Ha pasado casi un año desde los atentados, es su hijo Melvil un poco más consciente de cómo ha muerto su madre...¿ha vuelto a explicárselo?

La comprensión de lo que sucedió lo entenderá a lo largo de su vida y creo que hasta su lecho de muerte comprenderá más cosas sobre lo que ocurrió o lo comprenderá de forma diferente. Por lo tanto, no intento buscar el momento en el que lo comprenda.

Lo acompaño, cantamos las canciones que nos gustaba cantar a los tres, intento responder las preguntas que me hace. Las respuestas son algo íntimo de los dos, del círculo familiar.Usted escribió un mensaje en Facebook diciendo que los terroristas no tendrían su odio. Y en solo unas horas se volvió viral. Imaginó usted que tendría tanta repercusión.

No, para nada. Ni siquiera la publicación del mensaje la hice con la intención de que fuera público. La publiqué para mis amigos y seres queridos cercanos porque después de la muerte de Hèléne tuve que llamar uno a uno a mi entorno para anunciarles la noticia y no tenía la fuerza para contarles cómo me sentía y cómo íbamos a pasar mi hijo y yo a partir de ahora la vida.

Me vinieron las palabras después de reconocer el cuerpo de Hèléne. Y, quería compartir esas palabras con la gente que conocía y Facebook era lo más práctico. Luego las cosas desencadenaron, pero ni por un momento pensé que ese mensaje llegaría a ser público. Pensé que se quedaría en círculos restringidos, luego ya he visto cómo creció y evolucionó.¿Mantiene contacto con otras víctimas?

Si, mi personalidad me habría empujado, al principio, a no encontrarme con otras víctimas pero salí, en cierto modo, de mí mismo porque pensé que podría ser interesante y efectivamente lo fue por el contacto que se crea con las personas que han vivido lo mismo.

No nos conocemos pero en el momento en el que uno abre la puerta del piso de otra víctima hay algo que nos une directamente a ella. Es importante poder dar algo y recibir la empatía del otro. También compartir el dolor de los demás.

Hay una mujer joven que estaba en una situación similar a la mía. Tiene un hijo y perdió a su marido. No lograba hablar de ello. Se quedó enclaustrada en su casa y me pidió que nos encontrásemos. Me decía que no sabía por qué pero lograba decirme a mí lo que no puede decir a sus mejores amigos.

¿Ha vuelto a pasar por delante de la sala Bataclan?

Si y tengo la impresión de que es un lugar triste. Las paredes me daban la espalda, tenían vergüenza de contarme lo que habían visto. Tengo la impresión de ese lugar no podrá recuperarse, podrán pintar las paredes, cambiar el parqué pero aún así estará siempre impregnado de la misma tristeza.En dos meses se cumple el aniversario del 13N, como ve a la sociedad francesa, teniendo en cuenta los otros dos atentados de Niza, el asesinato del sacerdote de Normandía...¿cree que hay odio en las calles?

Siento que en esta sociedad francesa hay miedo que se traduce en un deseo de violencia, revancha y destrucción de la amenaza. Pero creo que detrás de esos deseos de destrucción, también hay la conciencia de saber que se vive en un estado de derecho y que es una suerte, una suerte que hay que preservar.

Para preservarla hay que ir más allá de ese instinto para intentar llegar a una forma de raciocinio que permita luchar contra el terrorismo, contra el miedo que implica pero luchar con nuestras armas.Están a punto de celebrarse elecciones en Francia ¿cómo cree que los políticos están usando los atentados?

Creo que en España tenéis una larga experiencia de políticos que no siempre infunden confianza ciega. En Francia es lo mismo, efectivamente saltan sobre cualquier ocasión para utilizarla con réditos electorales.

Es verdad que hay en Europa una situación, bastante común: el desplazamiento del escenario político a la derecha o extrema derecha y sus temática. Alimentan esos temas y los convierten  en una baza electoral.

Efectivamente, hay una utilización política, pero tener políticos que no estén a la altura no nos exonera de nuestra libertad individual. No nos exime de nuestro deber de ir más allá de los simplismo para un reflexión más profunda. Si ellos no están a la altura nosotros si podemos estarlo, es lo que significa ser ciudadano.

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