Bombas racimo, bombas de barril, gas sarín...las armas prohibidas usadas en Siria

Bombas racimo, bombas de barril, gas clarín...las armas prohibidas usadas en Siria
Bombas racimo, bombas de barril, gas clarín...las armas prohibidas usadas en Siria

Civiles muertos, un mundo impasible e incapaz de solucionarlo, armas prohibidas usadas por los bandos en guerra. El conflicto sirio pasará a la historia por todo ello. Según los cálculos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 300.000 personas han perdido la vida desde el 15 de marzo de 2011, cuando las protestas contra el presidente sirio Bashar al Assad fueron reprimidas a sangre y fuego desencadenando un conflicto que inicia ya su séptimo año.

No solo las armas convencionales han matado a la población civil, también el armamento prohibido internacionalmente, como las armas químicas o las bombas de barril, han sido usadas con total impunidad por ambos bandos. A punto de cumplirse el triste aniversario de la guerra, repasamos las armas más utilizadas por los dos bandos que está prohibidas.Armas químicas

En agosto del 2013 el gobierno sirio atacó el sur de Damasco con gas sarín. Lanzó este agente químico desde helicópteros en recipientes dentro de barriles de explosivos. Esto se habría producido en cuatro ocasiones en las provincias de Hama e Idlib en la primavera del 2014. En marzo de 2015, la localidad rebelde de Sarmin, fue atacada aparentemente con barriles explosivos cargados con cloro.

Durante la guerra siria tanto el régimen de Bashar al Assad como los rebeldes se han acusado mutuamente de haber utilizado armas químicas, sustancias tóxicas que también utiliza el Estado Islámico. Uno de sus últimos ataques fue en noviembre de 2016, cuando convirtieron obuses obuses de artillería en armas químicas llenándolas con cloruro.

El uso de las armas químicas data de la antigüedad. Pero los avances científicos las han perfeccionado hasta tal punto que su capacidad de destrucción puede llegar a acabar con la vida humana en poco tiempo. En Siria lo hemos visto. Cuerpos lánguidos, húmedos y pálidos de víctimas que vomitan y gritan hasta morir. En su cuerpo, ninguna marca.

Sin embargo, es muy difícil probar su uso. No solo porque los investigadores no pueden tener un acceso rápido a los lugares objeto de los supuestos ataques químicos, sino también porque deben lograr pruebas fiables. Su utilización ha sido abolida en tratados, encuentros y convenciones, que se han ignorado en repetidas ocasiones.

La primera vez que se usó gas cloro como arma fue en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Tras las masacres que se produjeron, en 1925 el Protocolo de Ginebra impidió el uso en la guerra de todo tipo de gases asfixiantes y de medios bacteriológicos. Fue suscrita inicialmente por 38 estados y a fecha de hoy suman 140. No obstante, este acuerdo no hacía mención a la producción, almacenamiento o transferencia, aspectos que regularon en la Convención de Armas Biológicas en 1972 y la Convención de Armas Químicas en 1992. Esta última fue ratificada por 188 países y Siria fue uno de los que no la firmaron.

Precisamente, Siria puso en marcha a finales de los 70 un programa de armas químicas, por lo que posee uno de los mayores arsenales químicos del mundo. Se cree que en 2013 disponía de al menos cinco o seis plantas de almacenamiento, dos de fabricación y un centro de investigación.Bombas de barril

 

Otra de las armas más utilizadas en el conflicto son las bombas de barril. Las bombas de barril son armas nada sofisticadas, pero mortíferas, que se fabrican con barriles de petróleo, tanques de gasolina o bombonas de gas que se llenan de explosivos, combustible y metralla y se lanzan desde helicópteros y aviones. Son imprecisas por definición y nunca deben utilizarse cerca de civiles. Su uso esta prohibido por la resolución 2139 del Consejo de Seguridad de la ONU. En Alepo y Daraya se han usado con normalidad durante estos seis años de conflicto.

En un informe, Amnistía Internacional recoge desgarradores testimonios de supervivientes que documentan la espeluznante carnicería que presenciaron tras las explosiones y que dejan claro el verdaderos horror de estos ataques “Había niños sin cabeza y pedazos de cuerpos por todas partes. Es como uno se imagina el infierno”, declaró un operario de una fábrica local describiendo el panorama que presenció tras el ataque contra el barrio de Al Fardous en 2014.

Un cirujano local afirmó que la gravedad de las lesiones causadas por las bombas de barril no tiene precedente: “Las bombas de barril son las armas más terribles y dañinas. Vemos politraumatismos, intestinos fuera del cuerpo, muchas amputaciones: un catálogo de horrores”.Bombas racimo

Las bombas de racimo son un tipo de armamento prohibido por su capacidad destructora en la Convención de Oslo en agosto de 2010 de las que Rusia y Siria no son firmantes. Cuando estas bombas explosionan en el aire tienen una capacidad de alcance varios kilómetros y un 40 por ciento de las mismas no explotan al impactar contra el suelo, lo que les convierte en una amenaza incluso décadas después de haber sido lanzadas Damasco y Moscú fueron acusadas de usarlas de forma masivo a finales de 2016.Armas incendiarias

 

Las armas incendiarias, como pueden ser las de fósforo blanco, de termita o incluso de napalm, están siendo utilizadas en la guerra civil siria. Un informe de HRW constató pruebas del uso de bombas incendiarias en el barrio de Daraya, en Damasco, controlado por los rebeldes; en la provincia de Idlib y, sobre todo, alrededor de la golpeada ciudad de Alepo. Una situación que viola los acuerdos internacionales que prohíben el uso de este tipo de explosivos contra poblaciones civiles.

Estas armas, que emiten una luz brillante que se asemeja a los fuegos artificiales, generan un fuego persistente que alcanza temperaturas de hasta 1.000 grados. Aunque fueron ideadas para destruir construcciones militares y dejar inutilizable el armamento enemigo, provocan graves quemaduras a las personas e incendios, tal como los daños que dejó el napalm en la población durante la guerra de Vietnam.

 

 

 

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