El ministro de defensa de Corea del Sur, Han Min-koo, ha reconocido que el ejército surcoreano contempla el asesinato de Kim Jong-Un si esto fuera necesario para la autodefensa del país asiático según han informado los medios de comunicación de Seúl.
El propio ministro ha explicado que el ataque contra el líder es parte del plan "Castigo Masivo y Represalias de Corea" (KMPR, por sus siglas en inglés) trazado por la capital surcoreana después de observar con temor última prueba nuclear norcoreana que tuvo lugar el 9 de septiembre.
El 'plan de represalias', explicó Han Min-Koo, está enfocado especialmente en "destruir a figuras y lugares clave que incluyen el liderazgo de Corea del Norte" en un ataque preventivo, siempre y cuando existan signos evidentes de que el régimen de Kim Jong-un va a lanzar un ataque inminente a Corea del Sur.
Unas declaraciones que podrían desatar la ira de sus vecinos del Norte, ya que éstos observan y siguen muy atentos todos los temas relacionados con su líder. Teniendo en cuenta además, el momento tenso que se vive entre Seúl y Pyongyang.
Una disputa de egos que se observa desde la comunidad internacional con cierto temor y que se considera como una grave amenaza a la seguridad a nivel global.
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