Economía, la reforma sanitaria y un rediseño de la política exterior de EEUU , el legado de Obama

“Progresista y visionario”, con estas dos palabras describe Vicente Palacio autor de Después de Obama y director del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas los ocho años de mandato de Barack Obama. Cuando los medios miramos hacia el futuro y hacemos quinielas sobre quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, el autor de este ensayo analiza los dos mandatos de Obama y se fija en cómo se encontró el país y cómo lo deja.

Cuando Obama llegó al poder enero de 2009, se encontró un país al borde del colapso económico. “ Obama evitó una gran depresión tipo años 20 o 30”, asegura a este medio. Entre los objetivos de su política económica estaban la creación de empleo y mantener a raya la inflación.”Inyectó dinero al sistema y llevó a cabo la reforma financiera”. Lanzó un estímulo fiscal de 787.000 millones de dólares, que combinaba aumentos de gasto público, principalmente en infraestructuras y recortes de impuestos. El programa tenía como objetivo compensar el desplome de la demanda privada que se estaba produciendo en 2009, cuando el batacazo financiero dejó sin crédito a la economía real. Muchos criticaron el carácter keynesiano de las medidas y el descontento se tradujo con la vuelta de la mayoría a la Cámara de representantes y la popularidad de Obama en caída libre.

La realidad es que “a partir de 2011 empiezan a verse los efectos a nivel macro”. El desempleo tarda en recuperarse pero en la actualidad se sitúa en el 5 por ciento frente al 10 por ciento del conjunto de la UE. Y sobre todo, en términos comparativos, Obama consiguió que la economía de EEUU cogiese aire sobre todo si se compara con la de China o Brasil. “Hay cierto consenso entre los economistas extranjeros y estadounidenses en que Obama evita que la gran recesión se convierta en la gran depresión”, cuenta el autor que señala que la desigualdad “es el revés de la moneda” de su plan económico”.

El 44 presidente de EEUU prestó más atención a la situación interna que a la exterior en su primer mandato. Obama fue un presidente prudente. Frente a la idea de que EE UU, a través de su poder militar tiene que ser el guardián del mundo, Obama optó por “u punto de vista doctrinal. Pacifista, pragmático y diplomático y multilateralista, lo que ha supuesto un gran cambio respecto a Bush”, señala el autor.

Obama no se ha enfrentado a un mundo sencillo, al contrario. Egipto, Libia, Palestina, Siria y ahora el Estado Islámico conviertiero a Oriente Medio en su pesadilla pese a que comenzó su primera legislatura queriendo huir de estos fantasma. “De Afganistán e Irak ha intentado salir pero sigue empatando y aún hoy tienen más de 10.000 efectivos”, señala el autor. “En el exterior se puede decir que su legado es positivo, aunque ha tenido errores por la gestión en algunas crisis como la de Libia o Siria. Pero luego ha tenido aciertos como Cuba, Irán y Ucrania, que hizo lo que tenía que hacer para evitar una escalada con Rusia”.

El otro gran acierto del presidente Obama es su reforma sanitaria. Ha conseguido que 10 millones de estadounidenses en cuatro años consigan cobertura medica, en un país donde el sistema sanitario "es caro e ineficiente". Y todo ello con el bloqueo del Congreso, recuerda el autor.

Durante estos ocho años de Obama se han cometido fallos y aciertos, pero nadie duda de que el primer presidente negro de EEUU ha marcado un nuevo camino en el orden internacional, respecto a la energía y su lucha contra climático. Pocos dudan de que su legado será por siempre recordado.