España asume en marzo el mando de la misión Atalanta contra la piratería con el buque Galicia

En noviembre de 2009, el atunero vasco Alakrana, procedente de Bermeo (Vizcaya), con 36 tripulantes a bordo, era secuestrado por piratas en el Océano Índico. Empezaba el calvario de 47 días en manos de los piratas somalíes para los marineros, entre los que se encontraban 16 españoles. Gracias a ese mediático secuestro, España conoció la dura y peligrosa realidad a la que se enfrentan los barcos que navegan por aguas del Índico. Han pasado ocho años desde aquel incidente y el escenario en aguas somalíes es distinto gracias, en parte, a la 'operación Atalanta' contra la piratería.

Inaugurada en diciembre de 2008, desde sus inicios ha contado con marcado acento español. Entre sus objetivos están evitar los secuestros de buques como el Alakrana y también proteger el transporte del Programa Mundial de Alimentos que estaban siendo atacados en su propósito por abastecer a la población somalí que atravesaba una terrible hambruna.

Nuestro país vuelve a tomar el mando de esta operación en un momento en el que el número de ataques se encuentra en su nivel más bajo, ya que, desde hace tres años no se ha producido ningún abordaje con éxito. Los número hablan por si solos. El número de barcos secuestrados en la zona ha pasado de 52 en 2009 a 45 en 2010, 24 en 2011, siete en 2012 y ninguno desde entonces. La misión Atalanta se queda sin piratas pero sigue siendo clave por haber acabado con el problema, por su papel disuasorio y por la región en la que se desarrolla.

Más allá de los piratas, la presencia militar de la Unión Europea y España en el cuerno de África y sus aguas tiene una importancia estratégica. Aquí también hay presencia militar de Estados Unidos, la OTAN, China, Rusia e India. Además, Yibuti, un pequeño país, situado en el norte de Somalia, es ya el hogar de bases militares de Estados Unidos y Francia, como antigua potencial colonial.

El próximo mes de marzo España tomará el mando de la operación Atalanta, con el buque Galicia, que ejercerá de cuartel general. Se trata de la sexta ocasión en la que España asume el mando de esta fuerza naval europea. Para conocer los detalles de la misión, LaInformacion.com habla con el capitán de la fragata, Fernando García Rodríguez, Jefe de Operaciones del Estado Mayor embarcado a bordo del buque Galicia, justo unas horas antes de que ponga rumbo al Índico.

Alrededor de 300 uniformados forman parte de este contingente formado principalmente por hombres y alrededor de “un quince por ciento” de mujeres. “La mayoría son jóvenes, de entre 20 y 40 años, que están bien de salud y muy apasionados con su trabajo”, asegura el capitán en una entrevista telefónica.

Todos ponen rumbo a aguas del Índico para enfrentarse a la piratería marítima, un crimen ancestral que sigue muy presente en pleno siglo XXI. “El primer objetivo es proteger los barcos del programa de alimentos que llevan ayuda a Somalia. Y como añadido, contener la piratería que es lo que hemos estado haciendo en los últimos años” asegura. Bien es cierto que los incidentes con piratas se han reducido.

Preguntado por los motivos que están detrás del descenso de esta actividad delictiva, el Comandante asegura que “la presencia de fuerzas navales como elemento disuasorio” es una de los principales razones. Además, “la industria marítima ha tomado acción y los barcos han tomado una serie de medidas por si produce un ataque. Esas medidas incluyen equipos de seguridad privada. Por lo que cada vez tienen más difícil apresar un barco”, explica.El narcotráfico y la piratería han sustituido al pirateo

Somalia, se ha convertido en el paradigma mundial de estado fallido. La situación de extrema pobreza y las débiles estructuras estatales hicieron que cientos de jóvenes vieran en la actividad pirata una forma rápida y efectiva de ganar dinero. “Sospechamos que se dedican a otro tipo de actividades delictivas como el narcontráfico o el tráfico de personas. Siguen existiendo pero creo que están buscando otros negocios”, explica el comandante García Rodríguez.

Los hombres que ponen rostro a la piratería en Somalia son “fundamentalmente jóvenes a los que les dan armas, un bote de madera, con un motor fuera borda muy potente y luego unos ganchos con cabos con los que se acercan a los barcos a toda velocidad. Disparan y atemorizan a la tripulación. Suben a bordo y se hacen con el barco”, describe. Una vez que tienen el barco en su poder, lo que hacen es acercarlo a la costa de Somalía, lo fondean y piden un rescate al armador o a la aseguradora del barco.

La piratería marítima le costó a la economía mundial más de 700 millones de dólares en 2015, según datos de Oceans Beyond Piracy. Sus métodos han evolucionado y ahora tienen a su disposición tecnología más avanzada. Para hacer frente a estos desafíos, la misión Atalanta tiene que responder con los medios mas modernos y sofisticados.El buque Galicia cuenta con helicópteros y vehículos no tripulados 

Actualmente está desplegado en la zona el Buque de Acción Marítima ‘Relámpago’, además del avión del Ejército del Aire que está basado en Yibuti. El buque Galicia releva al Relámpago como contribución nacional en lo que respecta a unidades navales.

Es ya un veterano, pues suma su cuarta participación en la Atalanta, aunque esta será la primera vez que se desempeñe como buque insignia de la fuerza operativa . Es por ello, que el navío ha embarcado importantes medios a bordo. Una unidad Aérea Embarcada (UNAEMB) compuesta por 2 helicópteros de la Quinta Escuadrilla de Aeronaves y dos vehículos aéreos no tripulados (UAVs) de la Undécima Escuadrilla de Aeronaves de la Armada; un equipo médico ROLE 2; una unidad de operaciones especiales marítimas (Special Operations Maritime Task Unit- SOMTU) procedente de la Fuerza de Guerra Naval Especial de la Armada. Todos son aparatos especializados controlados por personal cualificado y adiestrado en métodos de tiro e interceptación de embarcaciones hostiles.

A bordo del Galicia va embarcado también el Estado Mayor de la Fuerza (Force Head Quarter – FHQ) internacional, al mando del Contralmirante Rafael Fernández-Pintado Muñoz-Rojas, que va a ser hasta el 27 de Julio el Comandante de la Task Force 465 de la Unión Europea.

Este Estado Mayor está constituido por un equipo de oficiales, suboficiales y personal de marinería de España, Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, Portugal y Letonia. También participa Serbia, que, aunque no es de EU pero mostró interés por participar con personal en la Operación.

Los primeros meses de esta misión que finalizará en el mes de septiembre son los más duros. Son los meses del monzónico y las condiciones climatologías son más favorables, lo que da pie a más ataques. “Cuando hay mal tiempo se reducen estos ataques”, señala el capitán de fragata.

Lo más duro: no ver a la familia 

La misión Atalanta es una misión dura. “Entramos en puertos en la zona una vez al mes durante cinco días. Entre el 70 y 80 por ciento de la operación estamos en alta mar”, señala. Son muchas horas a bordo de una embarcación, vigilando, con el inmenso Océano solo en el horizonte. Pese a la dificultad, el capitán de fragata subraya la vocación del personal. “Las mayores dificultades a bordo son la falta de privacidad, la convivencia que es muy estrecha y durante muchos día. A veces, es muy rutinario. Lo hacemos con mucha pasión por lo que la dureza se compensa”.

Este lunes, el buque de asalto anfibio 'Galicia' se encontraba en el Canal de Suez en tránsito hacia Yibuti para incorporarse a Operación Atalanta contra la piratería y asumir el mando en el mes de marzo.El #buque de asalto anfibio 'Galicia' cruza el #CanalDeSuez en tránsito hacia #Djibouti para incorporarse a #OpAtalanta contra la #piratería pic.twitter.com/Eecovs9Fan— Armada Española (@Armada_esp) 20 de febrero de 2017

El objetivo: mantener la seguridad nacional de esa zona y asegura el tráfico marítimo. Lo más duro: dejar a la familia. “Tienes el corazón divido entre los que nos apasiona y luego una familia a la que echas de menos. Volver es maravilloso”, concluye el capitán de fragata García.