Lázaro Báez, el supuesto testaferro de los Kirchner tras la 'Ruta del Dinero K'

  • Detrás de la muerte de Horacio Quiroga, otro hombre que denunció la corrupción de los expresidentes, aparece el nombre de Báez, el empresario que amasó una fortuna en las últimas dos décadas.

    Compartió la última cena con Néstor antes de su muerte, le construyó un colosal mausoleo donde descansan sus restos, y es el principal acusado de girar al menos 55 millones de euros del matrimonio al exterior.

Lázaro Báez y Néstor Kirchner.
Lázaro Báez y Néstor Kirchner.
Diego Caldentey

Argentina se encuentra nuevamente conmocionada  por la muerte de otro hombre vinculado a las denuncias de corrupción contra los Kirchner. Horacio Quiroga, ex director de dos empresas petroleras del empresario Lázaro Báez, fue encontrado muerto en su casa en extrañas circunstancias. Antes había confesado que temía por su vida, ya que era otra de las personas que manejaba información delicada sobre la denominada causa 'Ruta del Dinero K', de supuesto lavado de dinero.

Resulta imposible no asociar el nombre de Quiroga al de Lázaro Báez, el empresario que más poder y fortuna acumuló durante los 13 años de gestión del matrimonio Kirchner en el poder. Detrás de la expresidenta Cristina Fernández, de sus hijos Máximo y Florencia, y de funcionarios de absoluta confianza como Julio De vido y Carlos Zanini, Báez fue una de las personas que siempre se sentó en la 'mesa de confianza de los Kirchner'.

Hoy es el principal sospechoso de transferir enormes sumas de dinero al exterior (al menos unos 55 millones de euros) que habrían sido acumuladas por los Kirchner. Para ello, las denuncias judiciales lo señalan como el responsable en la ingeniería del entramado de corrupción para retirar del país el dinero, mediante triangulaciones vía Uruguay, paraísos fiscales como Panamá y Belice, hasta llegar a Suiza.

Báez comenzó su carrera como contable en el Banco de Santa Cruz, en la mencionada provincia de la Patagonia argentina, cuando Néstor Kirchner era gobernador de ese territorio. Se inició como empleado raso, pero en 1991, empujado por los Kirchner, saltó a gerente. Allí comenzó su ascenso imparable en el mundo de los negocios. Era amigo personal del expresidente argentino.

El punto que marcó un antes y un después en su carrera fue cuando pasó a conformar el directorio de la empresa Austral Construcciones S.A. Báez entonces consiguió casi todas las licitaciones de los contratos de obra pública en Santa Cruz.

Posteriormente se volcó al negocio de las tierras. Compró campos y se construyó una colosal mansión en Río Gallegos, la ciudad donde vivían los Kirchner antes de llegar a la Casa Rosada. A esa altura, el vínculo con la familia era tal que comenzaron a conformar sociedades mixtas, como Alto Calafate (una incursión en el negocio hotelero), y después Báez se hizo un hombre poderoso en el mundo del petróleo.

Era tal la amistad que mantenían Kirchner y Báez, que se dice que compartieron la última cena antes de el expresidente argentino falleciera. La devoción de Báez fue tan grande hacia su amigo, que él mismo se encargó de construirle el fastuoso mausoleo donde descansan los restos de Kirchner, en la Patagonia argentina.

Solo en Santa Cruz, la tierra de origen de Báez, sus propiedades están tasadas hoy en más de 850 millones de pesos (unos 50 millones de euros).

La situación de Báez en la actualidad es muy delicada. Se encuentra imputado en la megacausa de la 'Ruta del Dinero K', como principal colaborador de los Kirchner para conseguir retirar el dinero de Argentina. No se muestra arrepentido: la semana pasada presentó un escrito de 15 hojas ante el juez federal argentino Sebastián Casanello, que investiga el caso, y se negó a responder preguntas.

Considera que todo es una campaña en su contra: "Esto es una venganza popular en mi contra. Usted usa métodos de la sagrada inquisición", expresó en los tribunales judiciales de Retiro, Buenos Aires, ante el juez que instruye en el caso.

Horacio Quiroga, el hombre que ahora apareció muerto en Argentina en un baño (al igual que ocurrió con el fiscal Nisman) era un empresario que estuvo vinculado con Lázaro Báez hasta 2010, cuando presidía algunas de sus empresas petroleras.

Hace tres años confesó que él había visto con sus propios ojos cómo el ex presidente Néstor Kirchner le enviaba la millonaria suma de 7 millones de dólares a Báez, que luego se encargó de contarlos sobre una mesa ante sus propios ojos. Ahora, ya nunca más podrá contar todo lo que sabía.

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