La joven Rahama Haruna, de 19 años, falleció el día 25 de diciembre. La imagen de Rahama metida en una palangana dio la vuelta al mundo a principios del 2016. Era su único medio de transporte por las consecuencias de una extraña enfermedad que hizo que a los pocos meses de vida sus brazos y sus piernas dejasen de crecer.
Al nacer, los médicos de nigeriana región de Kano indicaron que la enfermedad de Rahama Haruna no tenía remedio porque había “sufrido un ataque de espíritus”. Su hermano de 14 años la cargaba y trasladaba en un balde color verde todos los días 25 kilómetros, para llegar al centro de la ciudad, donde Rahama pedía limosnas mientras los transeúntes se sorprenden y asustan al ver a alguien en semejantes condiciones.
Su vida nunca ha sido fácil. Aún así la joven aprendió a vivir sabiendo que era diferente de otros y aceptó su situación de buena fe. Conocimos su historia gracias al fotógrafo Mohammed Maikatanga que colgó en Facebook sus imágenes.
Poco a poco la joven empezó a recibir decenas de mensajes y ofertas de ciudadanos de todo el mundo dispuestos a prestar su ayuda a la olvidada Rahama, una ayuda que llegó tarde porque su luz se apagó el día Navidad.
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