Todos los premios Nobel estadounidenses anunciados el presente año son inmigrantes. Este incontrovertible hecho ha impactado en la campaña del candidato republicano, Donald Trump, empeñado en identificar inmigración y crimen como si un fenómeno llevase aparejado necesariamente el otro.
Para Sir J. Fraser Stoddart, uno de los tres ganadores del premio Nobel de Química, se trata de “un rotundo mensaje que debería resonar por todo el planeta: la Ciencia es global”.
Stoddart es un químico nacido en Edimburgo, Escocia, que investiga en el área de química supramolecular y nanotecnología en la Universidad de Northwestern (Illinois). Sus estudios junto al francés Jean-Pierre Sauvage y el holandés Bernard Feringa sobre el diseño y la síntesis de máquinas moleculares le han granjeado el prestigioso galardón que concede la Academia Sueca.
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Mientras Trump propone levantar un muro en la frontera mexicana y prohibir la entrada a quien profese la religión musulmana, Stoddart cree que EEUU ha podido atraer a los mejores científicos gracias a la apertura mostrada hasta ahora. En su opinión, la comunidad científica estadounidense seguirá siendo fuerte “siempre y cuando no entremos en una época que dé la espalda a la inmigración”. En declaraciones al influyente periódico especializado en política The Hill, ha pedido que EEUU dé “la bienvenida a todo el mundo, incluyendo a los que vienen de Medio Oriente”.Los políticos "no están a la altura de los tiempos"
La concesión de los premios Nobel ha impactado en medio de una campaña en ebullición tras el agrio debate que mantuvieron los candidatos esta semana. “Me parece particularmente pertinentes estas discusiones vista la situación política actual. EEUU es lo que es hoy en gran parte gracias a la apertura de sus fronteras”, afirmó Stoddart, quien cree que los políticos de hoy en día “no están a la altura de los tiempos”. Se confesó “desesperado por el nivel de los políticos de mi país de origen y de mi país de adopción”.
Por su parte, el premio Nobel de Física recayó sobre tres inmigrantes británicos: John M. Kosterlitz, de la Universidad de Brown, y los investigadores de la Universidad de Yale David J. Thouless y Duncan Haldane.
El premio Nobel de Economía fue concedido al también británico Oliver Hart, de la Universidad de Harvard, y al finés Bengt Holmström, que trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).
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