EEUU no descarta una respuesta militar ante la amenaza nuclear norcoreana

En medio de una creciente tensión, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reúne este lunes para analizar la nueva prueba nuclear de Corea del Norte, la más potente hasta la fecha y la cuarta bajo el mandato de Kim Jong-un.

La reunión de emergencia fue solicitada por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón y Corea del Sur, según la misión estadounidense ante la ONU y se celebrará un día después de que el régimen de Pyongyang asegurara que había detonado “con total éxito” una bomba de hidrógeno que puede ser colocada en la cabeza de un misil intercontinental.

La comunidad internacional ha reaccionado con vehemencia a esta nueva amenaza nuclear. Washington ha anunciado sanciones económicas y ha amenazado con una respuesta militar masiva. A través de la red social de twitter, el presidente norteamericano ha indicado que “Estados Unidos está considerando, además de otras opciones, detener todo el comercio con cualquier país que haga negocios con Corea del Norte.”The United States is considering, in addition to other options, stopping all trade with any country doing business with North Korea.— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de septiembre de 2017

Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, ha asegurado este domingo que Donald Trump le pidió “opciones militares” tras el ensayo nuclear. “Cualquier amenaza a los Estados Unidos o sus territorios, incluyendo a Guam, o nuestros aliados se verán con una respuesta militar masiva, una respuesta eficaz y abrumadora", ha señalado.

"Tenemos numerosas opciones militares (…). Tenemos la capacidad de defendernos y de defender a nuestros aliados Corea del Sur y Japón", ha agregado el secretario de Defensa, durante una breve alocución desde la Casa Blanca.

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Esta nueva prueba nuclear norcoreana ha sido la sexta de su historia. Su detonación provocó un terremoto de magnitud 6,3 que se sintió en las zonas más cercanas de China, Rusia y Corea del Sur.

Con este ensayo, el régimen de Kim Jong Un culmina un verano en el que ha acelerado el desarrollo de su programa nuclear y ha protagonizado un conflicto verbal con el presidente de EEUU, Donald Trump, sin precedentes. Asimismo, el potente ensayo demuestra que el régimen norcoreano no tiene intención de detener su programa, generando preocupación entre la comunidad internacional que reclama una respuesta a la amenaza de Pyongyang.

En este sentido, China, principal aliado de Corea del Norte, ha condenado “enérgicamente y denunció firmemente” el ataque. En comunicado, Pekín ha instado a Pyongyang a retomar “de forma real” la senda del diálogo y le recuerda “la sólida voluntad” de la comunidad internacional de conseguir la desnuclearización de la península coreana.

Por otra parte, Rusia ha calificado el ensayo como una “seria amenaza para el mundo. El enésimo desprecio ostentoso de Pyongyang de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de las normas del derecho internacional merece una decidida condena”, ha subrayado en un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.

Corea del Sur ha respondido con ejercicios militares con fuego real que simularon un ataque a la base de pruebas nucleares de Corea del Norte. Según informó el Ejército este lunes, la demostración de fuerza se basó en el lanzamiento de misiles de corto alcance a una distancia similar, aunque dirección al mar, hacia el silo nuclear norcoreano de Punggye-ri, situado a unos 300 kilómetros al norte de la frontera entre ambos países.

Desde el Viejo Continente, uno de los primeros en reaccionar fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha reclamado a la comunidad internacional  “tratar esta nueva provocación con la mayor firmeza”, para que Corea del Norte retome sin condiciones la vía del diálogo.

Por su parte, la canciller de Alemania, Angela Merkel ha firmado  un comunicado en conjunto con Macron para solicitar el endurecimiento de las sanciones europeas a Pyongyang. En este sentido, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha censurado el “temerario” ensayo y pidió a la comunidad internacional “acciones más duras”.