El magnate Donald Trump obtuvo el pasado martes la nominación del Partido Republicano como candidato a la presidencia de Estados Unidos con bastantes menos dificultades de las que se podían esperar, pero ahora los músicos, y no solo estadounidenses, pueden aguarle la fiesta.
Trump ingresó al escenario de la convención con el tema We are the champions de la mítica banda Queen, una canción perfecta para un momento triunfal. Sin embargo, el magnate nunca pidió permiso para utilizar el reconocido tema, según los encargados de los derechos musicales de la banda británica.
Sony Music ATV, poseedor de los derechos comerciales de las canciones de Queen, confirmó que la campaña de Trump no sólo no tenía el visto bueno para utilizar ese tema, sino que directamente nunca lo solicitó por las vías legales correspondientes.
Queen publicó un comunicado oficial en el que dice que la acción de Trump es "contra el deseo" de la banda, aunque todavía se desconoce si la productora Sony ATV tomará acciones legales contra el candidato.
No es la primera vez que Trump utiliza ese tema y tampoco es la primera que la banda británica ha advertido que no se pueden utilizar sus canciones con fines políticos.Otros detractores
El pasado febrero, la cantante británica, a través de sus representantes legales solicitó al equipo del magnate que no usara sus canciones durante los actos de campaña. El republicano utilizó Rolling in the Deep de la cantante de Tottenham en un mitín en Oklahoma y también en Ohio se pudo escuchar el Skyfall.
"Adele no ha dado permiso para que su música se use en ninguna campaña política" aseguró su portavoz al diario The Independent.
La jugada de Trump, que muchos entienden como una forma de provocación, desató numerosas reacciones en las redes sociales, criticando la vinculación entre Adele y Trump por los mensajes racistas y xenófobos que ha propagado entre sus seguidores a lo largo de los meses.
Antes de Adele, el grupo de rock Aerosmith se quejó de lo mismo. La banda envió un comunicado sobre la "falsa impresión" que daba el uso de temas como Dream On y la conexión que el público puede establecer entre Trump y ese conjunto.
También el cantante de REM, Michael Stipe, después de escuchar una de sus canciones en un mitin de Trump reclamó: "No usen mi música o mi voz para esa imbécil farsa de campaña".
También ha mostrado su malestar por el mismo tema los representantes de Neil Young y The Rolling Stones.
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