Académicos hispanos advierten sobre consecuencias de malentender a Satanás

  • Dos académicos hispanos de EE.UU. plantean, como "eruditos" y a la vez como "creyentes", la necesidad de cuestionar la forma en la que tradicionalmente se ve a Satanás y al mal en el mundo occidental cristiano en un nuevo libro.

Francisco Miraval

Denver (EE.UU.), 14 sep.- Dos académicos hispanos de EE.UU. plantean, como "eruditos" y a la vez como "creyentes", la necesidad de cuestionar la forma en la que tradicionalmente se ve a Satanás y al mal en el mundo occidental cristiano en un nuevo libro.

En "La Búsqueda del Satanás Histórico" (Fortress Press), Albert Hernández y Miguel de la Torre, amos de la Escuela de Teología Iliff, en Denver, analizan cómo Satanás pasó de ser un "embustero" en milenarias religiones tradicionales a encarnar el mal.

"La pregunta sigue siendo cómo debemos entender hoy a Satanás. El cristianismo se alejó de la manera en que el pueblo judío entendía a Satanás y, por eso, se nos hace difícil entender que hablar de Satanás es también explorar la pregunta sobre Dios, es hablar del lado oscuro de Dios", dijo De la Torre a Efe.

De La Torre y Hernández incorporaron en sus investigaciones su herencia cultural hispana, debido a que, según el primero, "para los latinos la relación entre el bien y el mal es mucho más fluida y menos absoluta que en otros grupos".

La idea básica del libro es que Satanás es un "embaucador" que sólo puede hacer lo que Dios le permite hacer y que Dios es el origen tanto del bien como del mal, tal como se lo presenta en las escrituras hebreas (el Antiguo Testamento de los cristianos).

Aceptar esa "tradición históricamente acertada" permitiría repensar la teología, la filosofía y la maldad, con el consecuente impacto en otras áreas, como prácticas religiosas e ideas sobre el más allá.

Hernández y De la Torre enfatizaron que la investigación condensada en las 256 páginas de su libro dista mucho de ser un ejercicio puramente teórico o académico.

Según estos autores, desconocer quién (o qué) es Satanás tiene trágicas consecuencias en la vida diaria.

"Convertir a Satanás en el mal absoluto lleva a cometer toda clase de maldades precisamente para protegerse de ese mal. Creer en un mal absoluto permite que consideremos 'satánicos' a todos quienes no sean como nosotros y, como consecuencia, llegamos a creer que tenemos el derecho de exterminarlos", explicó De la Torre.

"La dicotomía entre el bien absoluto y el mal absoluto causa más maldad que bondad", puntualizó.

Para estos autores, las masacres cometidas por los cristianos durante las Cruzadas, la Inquisición y la conquista de América, así como, en otro contexto, el genocidio de judíos en los campos de concentración nazis tienen un origen teológico común: el creer en la existencia de un mal absoluto que debe ser erradicado y del cual hay que proteger a la "gente buena".

Una de las motivaciones para analizar esas conexiones entre historia, política y teología, dijo De La Torre, es la guerra antiterrorista en Estados Unidos, debido a que en ese contexto también se "demoniza" al enemigo como una justificación para "exterminarlo".

Para estos investigadores, los hispanos, al combinar en su cultura elementos cristianos con otras tradiciones religiosa autóctonas y al interactuar casi a diario con curanderos y santeros, están en mejores condiciones que otros grupos occidentales de entender quién es Satanás y, por lo tanto, quién es Dios.

Al entender el mal de una manera dinámica, es decir, al entremezclarlo y no separarlo del bien, De La Torre y Hernández no niegan la presencia de la maldad a lo largo de la historia humana, sino que la analizan desde "un estado de constante ansiedad" al ver lo que los "buenos" han hecho y hacen en nombre de Dios y de la bondad.

"Esa maldad cometida por los 'buenos' es algo muy desagradable. Para cambiar nuestra perspectiva del bien y del mal primero deberíamos contar cuántos cuerpos muertos dejaron los cristianos a lo largo de la historia. Ese es el siguiente tema que investigaremos", declaró De la Torre, profesor de ética social en la Escuela de Teología Ilif.

Hernández, por su parte, es el vicepresidente académico, decano de la facultad y profesor asociado de historia del cristianismo en la Escuela de Teología Iliff, en Denver.

Mostrar comentarios