Si un ex jefe de la CIA propone una solución (de entretes posibles) a un conflicto armado durante una conferencia sobre terrorismo internacional hay que dedicar varios minutos a analizar por qué las otrasopciones son menos probables, imposibles o más peligrosas. El conflicto al quese refirió el el exdirector de la CIA Michael Hayden fue Siria. Las opciones: una guerra civil entre suníes y chiíes, la disolución del país en faccionesrivales o la posibilidad de que Al Assad gane.
La primera opción es la continuación indefinida de la lucha entre fanáticos sunitas combatiendo a fanáticos chiítas y viceversa. Hace tiempo que los sirios ya no son los protagonistas del conflicto. El país se ha convertido en el escenario de los enfrentamientos entre los suníes y chiíes. El régimen del presidente Bashar al Assad, respaldado por los chiíes iraníes, y los rebeldes, apoyados por los estados suníes del Golfo y la mayoría suní deTurquía, ha aumentado la tensión sectaria. Este conflicto amenaza con expandirse hasta países con fuertes divisiones entre suníes y chiíes, como en Líbano eIrak.
La segunda, que consideró la más probable, es la disolucióndel país en facciones rivales, además de los interese de los suníes y los chiíes están los kurdos y los turcos. Las milicias kurdas están aprovechando el actual conflicto armado sirio para reclamar los derechos que les han sido negados durante años por Damasco en el noroeste del país. Además en este grupo heterógeneo están los turcos que viven en Siria. Son entre los 200.000 y los 750.000. Esta población se concentraría, principalmente, en las provincias de Damasco, Alepo, Latakia, Homsy Hama. Este puede ser uno de los escenarios más terrible a laguerra civil. Imaginen que la región se convierte en un pastel en el que todos quieren su parte. Provocaría "el nacimiento de una nueva zona sin gobierno".
Los dos escenarios pintan mal, muy mal. Pero además combatientes extranjeros han viajado hasta Siria para nutrirlas filas rebeldes y las milicias islamistas afines a Al Qaeda. La comunidad internacional ve con preocupación este creciente fenómeno que lleva a'yihadistas' de distintas partes del mundo al terreno de combate y, al mismo tiempo, atrae armamento y convierte al país en un campo de entrenamiento para futuros combatientes.
Ante este panorama, una victoria de Bashar al Asad en Siria podría ser el mejor de tres escenarios "muy, muy horribles."
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