Berlusconi, un político en el centro del huracán

    • Ha protagonizado una gran escalada en intención de votos, gracias a sus promesas populistas y a los ataques a la austeridad de los que culpa a "la hegemonía alemana".
    • Lidera una coalición de centroderecha y asegura que él quiere ser ministro de Economía más que primer ministro.

Carmen Postigo, Roma (Italia) |EFE

Silvio Berlusconi, cabeza visible de la coalición que lidera su partido Pueblo de la Libertad (PDL) para las elecciones de 24 y 25 de febrero, ha protagonizado una gran escalada en intención de votos, gracias a sus promesas populistas y a los ataques a la austeridad de los que culpa a "la hegemonía alemana".

En una campaña electoral de marcado carácter populista, "Il Cavaliere" ha prometido devolver a los contribuyentes el impuesto sobre bienes inmuebles sobre la primera casa (IMU) instaurado en 2012 por su sucesor, el tecnócrata Mario Monti, así como la creación de 4 millones de puestos de trabajo.

También ha brindado una amnistía fiscal total para quienes tienen dinero en cuentas en el extranjero.

Con una presión fiscal del 45 % en el Italia, y las últimas medidas de austeridad de Monti, los italianos y sobre todo los cerca del 30 % de indecisos podrían hacer ceder la balanza a favor del líder conservador.

Pese a las afiladas críticas de sus oponentes sobre la falta de fondos en las arcas del Estado para financiar sus promesas, Berlusconi no se ha amilanado y ha reiterado que no dudará en llevarlas a cabo, cuando sólo la devolución del IMU significaría el desembolso 4.000 millones de euros.

Otro de sus caballos de batalla en la campaña ha sido el supuesto "complot internacional" para derrocarlo en 2011, amén de acusar a Monti de estar merced de los dictados de la canciller alemana, Angela Merkel.

La "habilidad" de "Il Cavaliere" ha consistido en maratonianas apariciones públicas en la televisión tanto en los tres canales de su imperio mediático, Mediaset, como la pública RAI, donde ofrece una imagen muy lejana a aquella del Bunga Bunga o fiestas eróticas que celebraba con chicas en sus residencias de Arcore (Milán) o en la isla de Cerdeña.

Consciente de que su imagen pública se vio seriamente dañada hace dos años por aspectos de su vida privada, como el caso "Ruby", Berlusconi se ha deshecho de que cualquier detalle que le pudiera relacionar con mujeres y hasta a su novia, Francesca Pascale, de 28 años, la ha apartado de la campaña porque los estudios señalaban que no le favorecía.

Tras partir en los sondeos con un 10 %, "Il Cavaliere" ha conseguido remontar hasta un 28 % y 30 % en la intención de voto, y se sitúa así en segunda posición tras el líder del centroizquierda, Pier Luigi Bersani, que puede conseguir entre un 34 % y un 38 % .

Y ello a pesar de que el ex primer ministro tiene juicios pendientes como el llamado caso "Ruby", en el que está acusado de incitación a la prostitución de menores y abuso de poder, cuya última vista será el 11 de marzo, y en el que los fiscales sostienen que Berlusconi mantuvo relaciones sexuales en trece ocasiones con una menor de edad.

También tiene pendiente el proceso por un delito de fraude fiscal en el llamado caso Mediaset y el llamado caso Unipol, relacionado con la publicación de escuchas telefónicas de procedencia ilícita en el diario "Il Giornale", propiedad de su hermano Paolo.

Berlusconi, de 76 años, va de cabeza de lista al Senado, donde se jugará la batalla más importante en estas elecciones.

Mientras su coalición, que cuenta entre otros con su aliada tradicional la federalista Liga Norte, no desvela quién es el candidato a primer ministro, Berlusconi se ha mostrado dispuesto a ocupar la cartera de Economía en caso de vencer las elecciones.

A pesar de sus desatinos, como las recientes declaraciones sobre Benito Mussolini, de quien dijo, que excluyendo las leyes raciales, "hubo cosas que hizo bien", los votantes parecen no castigarlo.

Tampoco la acusación del vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehen, de que incumplió en otoño de 2011 los compromisos de ajuste que había asumido con la Unión Europea, lo que a su juicio agravó las turbulencias financiera en Italia, han hecho mella en gran parte de la opinión italiana.

Berlusconi hace caso omiso y ha mantenido duras diatribas con Monti y con todos los que le acusan de populista, de dictador y de haber gobernado a su medida, porque dada su capacidad de remontada ha logrado situarse en el centro del debate político y hacer temblar a la elite política europea que se da cita en Bruselas.

Mostrar comentarios