Bettino Craxi, así es el padrino de Berlusconi

  • Para entender a Berlusconi, conviene conocer antes a Craxi, el ex primer ministro italiano que huyó de Italia mientras era investigado por soborno y corrupción. Pero la relación de Berlusconi con Craxi es antigua, y sus raíces son, en algunos puntos, comunes.
Eric J. Lyman, Roma (Italia) | GlobalPost

A pocos pasos de la majestuosa Piazza Navona, en la capital italiana, se encuentra la fachada cubierta de hiedra del lujoso Hotel Raphael.

En la década de 1990, esta fue la casa romana del ex primer ministro italiano, Bettino Craxi, que estaba bajo investigación por soborno y corrupción. Cuando comenzó el juicio, salió del hotel la tarde del 30 de abril de 1993, ante una multitud de manifestantes que le arrojaron monedas y billetes al aire, gritando: "Craxi! ¿Quieres incluso éstos?"

Casi dos décadas después, es fácil pasar por alto a Craxi, que fue primer ministro durante cuatro años en la década de 1980. Pero fue probablemente el líder político más polarizador de la era moderna, por lo menos hasta el primer ministro Silvio Berlusconi.

Los numeritos de Berlusconi están bien documentados. Un multimillonario magnate de los medios de comunicación, que posee tres de las siete cadenas de televisión nacional del país y como primer ministro que, indirectamente, controla las tres cadenas estatales, lo que le otorga un dominio virtual en los medios televisivos del país.

Como primer ministro, a los 74 años de edad, Berlusconi ha auspiciado reformas judiciales y políticas que le han ayudado a escapar de la persecución por cargos criminales o civiles 17 veces durante muchos años. Actualmente, está siendo juzgado en tres casos separados, entre otros delitos, por evasión de impuestos, sobornos financieros, tráfico de influencias, abuso de poder y por haber pagado por tener relaciones sexuales con una bailarina de cabaret de 17 años de edad, marroquí, que se hace llamar "Ruby, ladrón de corazones".

A pesar de todo eso, y pese a haber anunciado de que voluntariamente podría retirarse de la política en 2013, los analistas políticos dicen que es probable que Berlusconi logre mantenerse en el poder en un futuro cercano. Para entender su dominio sobre los hilos del poder en Italia - y lo que puede le deparar el futuro- es importante comprender a Craxi, padrino político de Berlusconi.

Durante más de una década, los nombres de Craxi y Berlusconi se entrelazaron. No tenían vínculos oficiales, pero los dos se conocieron al tener en cuenta los intereses del otro. Craxi en el ámbito político, Berlusconi en el sector privado.

Por ejemplo, fue durante el gobierno de Craxi cuando el imperio de difusión Mediaset de Berlusconi comenzó a florecer - en parte debido a los tres "decretos Berlusconi" impulsados por los aliados de Craxi en 1984 y en 1985 para eliminar los obstáculos políticos que entorpecían los intereses de su negocio. A cambio, las redes Mediaset estaban decididamente a favor de Craxi. Craxi fue visto como un protector de Berlusconi en el gobierno italiano, y la decisión de Berlusconi de saltar a la política en 1994 estuvo sin duda precedida por la caída de Craxi del poder en los meses anteriores.

"Hay un paralelismo absoluto entre estos dos hombres, y a muchos niveles", afirma Franco Pavoncello, presidente de la Universidad John Cabot de Roma y un comentarista frecuente sobre asuntos políticos. "Los paralelismos no son perfectos, pero son importantes".

Pavoncello dice que una diferencia fundamental entre los dos hombres radica en que, si bien Craxi era un producto de la maquinaria política italiana, Berlusconi salió del sector privado, donde había hecho miles de millones construyendo el imperio mediático más grande de Europa.

Sin embargo, una vez en el poder, cada uno de ellos reformó la situación política en la que ellos se encontraban: Craxi se convirtió en la pieza central del legendario Partido Socialista Italiano, mientras que Berlusconi creó su propio movimiento político con él en el centro. En su vida personal, ambos disfrutaron de las atenciones de decenas de hermosas mujeres jóvenes - aunque como dice Arianna Montanari, profesora de sociología política en la Universidad Sapienza de Roma, Craxi fue más discreto. Él frecuentaba una clase diferente de mujer que nunca le habría avergonzado, como Ruby ha avergonzado a Berlusconi", explica.

Poco después de que cada uno alcanzase el pináculo de su poder político, se vieron envueltos en escándalos en los que cada uno de los dos dijeron que se debían a la judicatura de Milán. El escándalo "Tangentopoli" (el nombre que en italiano se utiliza para designar la corrupción) que finalmente derribó a Craxi fue a la vez endémico y se limitó además al sector público, mientras que las supuestas debilidades de Berlusconi se extienden a su vida personal y al imperio de los medios. Los dos escándalos siguen siendo los más graves de la política italiana de posguerra.

"Tangentopoli probablemente parece peor que el escándalo en torno a Berlusconi, pero eso es probablemente porque Tangentopoli llegó primero", dice Paolo Posteraro, autor del libro "Los peores años de nuestra vida:. Desde Craxi a Berlusconi", "Creo que ahora nuestros sentidos están acostumbrados a estas cosas. Nuestras expectativas son mucho más bajas. En cierto modo, Craxi allanó el camino para Berlusconi, porque él embotó nuestros sentidos respecto a la corrupción".

Por el momento, la mayor diferencia entre los hombres es que Craxi fue condenado. Y hasta ahora, a pesar de los 17 procesos judiciales criminales y civiles, Berlusconi ha escapado a su destino.

En 1993, la defensa de Craxi se reducía a una admisión de culpabilidad calificada por la insistencia de que estaba siendo acusado por cometer actuaciones que no eran diferentes a las de cualquier otra figura política de la época de Craxi. En un marcado contraste, Berlusconi nunca ha admitido irregularidades en ninguno de sus casos. En los juicios previos, se escapó del enjuiciamiento, debido a su estatus de imputabilidad limitada, porque los jueces fueron declarados culpables de conflictos de interés, porque los cargos fueron desestimados, debido a fallos técnicos en el caso por parte de la acusación, o, al menos en un caso, porque la evidencia clave desapareció misteriosamente.

A pesar del historial de Berlusconi de conseguir evitar la persecución, muchos en Italia creen que el caso que involucra a Ruby, la bailarina menor de edad, puede llegar a ser su ruina - ya sea porque el caso en su contra es tan fuerte que no va a ser capaz de salir airoso (el principal cargo es por abuso de poder: está bien documentado que mintió para modificar las leyes y ayudar a Ruby a salir en libertad cuando fue cogida por robar en una tienda) o por la vergüenza del juicio (que es donde juegan un papel los cargos secundarios de pagar a un menor por tener relaciones sexuales) hará que sea imposible para él imponer una coalición política.

Cuando la clase política italiana se derrumbó en Italia después de Tangentopoli, dejó un vacío político que ayudó a aupar a Berlusconi - una figura que nadie podría haber imaginado en la política sólo un año antes del resbalón del primer ministro. Cuando se vio envuelto en el escándalo el año pasado, él ha seguido ocupando el poder porque no tiene serios rivales políticos. Los partidos de la oposición permanecieron divididos, los antiguos aliados que han abandonado la coalición han fracasado al intentar conseguir adhesiones y durante años él se ha visto metódicamente sometido a amenazas potenciales dentro de su propio partido.

Si Berlusconi cae, está claro que va a crear otro vacío político. Pero si queremos especular, no acerca de la política italiana después de la caída de Berlusconi, sino de lo que podría suceder a Berlusconi, entonces la actuación final de Craxi puede ofrecer una última lección.

Después de un año de haberle lanzado las monedas en las puertas del Hotel Raphael, el recientemente condenado Craxi cogió un vuelo para salir de Italia para siempre, huyendo a un chalet de su propiedad en Túnez para intentar librarse de la cárcel. Enfermo terminal, a finales de 1999 Craxi pidió al gobierno italiano y a su antiguo protegido, Berlusconi, que entonces estaba en sus primeros mandatos como primer ministro, que le ayudaran a obtener un indulto con el que poder regresar a Italia para morir. Ellos se lo denegaron).

Con las esperanzas de Berlusconi de retirarse de la política para asumir el papel en gran medida simbólico y digno del presidente de Italia desempeñando el mismo papel que el rey en otros países europeos) casi con toda seguridad arruinadas por las acusaciones embarazosas que giran alrededor de él, se rumorea entre los actores políticos de Italia que si se enfrenta a una pena de prisión, Berlusconi, que cumplirá 75 años en septiembre, podría, del mismo modo, huir del país.

¿A dónde? El lugar más probable, según las personas que lo conocen, es la isla de Antigua, donde Berlusconi ya es dueño de una casa de 29 millones de dólares, al lado de un acantilado, y donde, según informa la prensa italiana, los tratados de extradición antiguos europeos sólo se aplican para los delitos capitales, una de los pocas cosas de las que Berlusconi no ha sido acusado.

Mostrar comentarios