Un nuevo naufragio en el Mediterráneo deja al menos ocho inmigrantes muertos después de que una embarcación se hundiera a 50 kilómetros de las costas de Libia.
Por el momento, solo cuatro personas han sido rescatadas, pero los supervivientes han asegurado que más de un centenar de personas viajaban a bordo de la embarcación. Hasta la zona se han trasladado un avión, un buque italiano y otro francés, según ha informado la Guardia Costera Italiana.
Libia, sin gobierno legítimo, ha convertido al país en un puerto de salida de migrantes hacia Europa. La anarquía en el país ayuda a que los contrabandistas actúen con impunidad y se aprovechen de la desesperación de miles de persona desesperadas que pagan astronómicas cantidades de dinero para realizar una peligrosa travesía en embarcaciones precarias que muchas veces termina en el hundimiento de las barcas.
Según datos de Frontex, la mayoría de las personas que usan esta vía son personas procedentes de África, en concreto de Nigeria. Pese a que en 2016 se redujo el número de personas que llegaron a Europa, esta ruta, conocida como el Mediterráneo central, continúa siendo una de las más activas, incluso en invierno, cuando condiciones del mar son especialmente adversas.
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