El misterio crece en torno a la muerte del cónsul ruso en Atenas, Andrey Malanin

Han pasado varios días y el silencio oficial hace aumentar el misterio en torno a la muerte del jefe del departamento consular de la embajada de Rusia en Grecia.

El cónsul Andrey Malanin, de 55 años, fue encontrado muerto en su apartamento de Atenas debido -oficialmente- a causas naturales, pero el despliegue policial y científico que convocó la defunción no casa bien con la tesis hecha pública.

Según informaron en su momento los medios de comunicación griegos, la muerte de Malanin se descubrió después de que no se presentara al trabajo el lunes y no respondiese al teléfono. El consul vivía solo en una calle fuertemente custodiada.LINVID20170113_0002

Varios de sus colegas fueron quienes hallaron el cadáver, tras acudir a su domicilio acompañados por la policía griega, y hallar el apartamento con la puerta cerrada desde el interior.

Fue encontrado en el suelo de su dormitorio, y según la primera inspección ocular el cuerpo no tenía lesiones visibles y no había signos en la casa de que se hubiera accedido a ella de forma ilegal.

La muerte del consul Malanin suscitó sospechas tras el asesinato en diciembre del embajador de Moscú en la vecina Turquía, Andrei Karlov.

Además se añade a un sangriento saldo diplomático en los últimos meses: hablamos de la muerte de Yves Chandelon, alto cargo de la OTAN que investigaba la financiación del 'EI', y fue hallado con un tiro en la cabeza. A ello hay que sumar la muerte de Petr Polshikov uno de los principales responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, encontrado muerto en su piso con un disparo en la cabeza.

Y no es la única muerte sospechosa entre los miembros de la comunidad diplomática rusa. El 7 de noviembre pasado, en Nueva York, se encontró el cuerpo sin vida de un empleado del Consulado General de la Federación de Rusia.

Las autoridades solamente facilitaron su edad, 63 años, mientras se investigan las causas de su muerte.