Tras la dimisión ayer del jefe del Estado mayor del Ejército alemán (Bundeswehr), Wolfgang Schneiderhahn, y del secretario de Estado de Defensa, Peter Wichert, faltaba que se pronunciara el ministro de Trabajo del gobierno alemán, Frans-Josef Jung, titular de la cartera de Defensa cuando el pasado 4 de septiembre las tropas germanas bombardearon Kunduz (al norte de Afganistán) causando numerosas víctimas civiles, además del objetivo talibán. Un hecho negado hasta hoy por Jung, que sin embargo fue revelado ayer al hacerse público un informe secreto sobre el ataque aéreo.
El ya exministro de Trabajo alemán ha dimitido hoy "asumiendo la responsabilidad de la política de información" que se llevó a cabo tras el bombardeo sobre Kunduz.
La canciller Angela Merkel se enfrenta ahora, justo cuando se cumplen dos meses de las pasadas elecciones generales alemanas, a la primera crisis interna de su gobierno, que ha provocado un gran escándalo en la opinión pública del país.
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