EEUU prefiere permitir la quema de coranes o biblias antes que limitar la libertad de expresión

    • Las reacciones violentas de algunos musulmanes no tienen justificación, pero sí motivos
    • La Primera Enmienda de EEUU permite acciones ofensivas de los individuos, según los expertos
    • Washington tardará en limpiar su imagen tras la guerra contra el terrorismo islamista
"Perdón, pueblo de EEUU. Éste no es el comportamiento de nuestro Islam"
"Perdón, pueblo de EEUU. Éste no es el comportamiento de nuestro Islam"
Reuters

La libertad de expresión y religión es tan sagrada para los estadounidenses, que está reflejada en la Primera Enmienda de su Constitución. Por ello, les resulta difícil –por no decir imposible- concebir sanciones contra actos islamófobos o que fomenten otro tipo de odio (en Alemania está estrictamente prohibido expresarse a favor del nazismo como en España la ley prohíbe la apología del terrorismo).

"El discurso ofensivo está protegido por la Primera Enmienda. El compromiso de EEUU con la libertad de expresión debe permanecer firme, incluso aunque suframos las consecuencias de discursos ofensivos y de odio", asegura Charles C. Haynes, director del Religious Freedom Education Project (Proyecto Educativo para la Libertad de Religión) y miembro del Centro para la Primera Enmienda.

"No puedo imaginar límites a la libertad de expresión en EEUU (…). Sin embargo, como me dijo un líder musulmán, EEUU limita el antisemitismo y la negación del Holocausto. Algunos miembros de la comunidad musulmana desearían tener los mismos privilegios que la religión judía", añade Yvonne Haddad, profesora de la Universidad de Georgetown en Historia del Islam y Relaciones Cristiano-musulmanas.

Las acciones individuales -como la producción del vídeo que ha provocado los ataques a legaciones diplomáticas estadounidenses de todo el mundo- son difícilmente controlables por el Gobierno de EEUU. Además, gran parte de la sociedad estadounidense tampoco permite habitualmente un intervencionismo del Estado similar al que en Europa se da por sentado (no hay más que ver los problemas que tiene Obama con su reforma sanitaria).

Nathan Brown, experto en el mundo árabe del Carnegie Endowment Center for International Peace, destaca la tolerancia general de los estadounidenses:

"El 99% de los estadounidenses no habrían oído hablar nunca de este vídeo [de hecho se produjo el año pasado] y probablemente la mayoría estaría asqueados. En EEUU hay generalmente un respeto por la religión". Aún así, no cree que se deban prohibir acciones así.

"No debemos censurar a estos grupos o individuos [extremistas], sino más bien anularlos con otros mensajes", propone Haynes. "Todo lo que podemos hacer es comunicar claramente que estos grupos e individuos no representan al Gobierno ni el punto de vista de la inmensa mayoría de los estadounidenses", añade.

"No hay acción legal contra actos islamófobos"

Los expertos coinciden en que las relaciones diplomáticas entre el país norteamericano y el mundo musulmán por lo general ha mejorado durante la Administración Obama. Pero "la opinión pública general en EEUU sobre el Islam y los musulmanes ha empeorado desde el 11-S", recuerda Haddad.

En 2010 un pastor de Florida llamado Terry Jones–el mismo que ahora ha promocionado el polémico vídeo anti Mahoma en EEUU causante de los ataques a sus legaciones diplomáticas- también encendió los ánimos alrededor del mundo entero cuando anunció una quema de coranes con motivo del aniversario del 11-S aquel año.

Medios de comunicación estadounidenses como la pro republicana cadena Fox también ofrecen discursos contrarios al islam, por ejemplo cuando resaltan -como si de un problema se tratara- que el demócrata Barack Obama es musulmán (su padre lo era).

No existen sanciones para los estadounidenses de extrema derecha que producen vídeos islamófobos o queman coranes. La libertad de expresión lo impide.

"No hay acción legal que se pueda tomar contra esto. No está incitando a la violencia, no está violando ninguna ley", opina Nathan Brown. "Creo que habría una fuerte resistencia contra cualquier tipo de acción legal. Puedes quemar una Biblia si quieres, mientras sea de tu propiedad", ejemplifica.

(En España, este tipo de acciones están reguladas en el artículo 510 del Código Penal, que pena con hasta tres años de cárcel la provocación de discriminación, odio o violencia por razones racistas o referentes a asuntos como las creencias religiosas).

Matiza que no se trata de aprobar este comportamiento, pero prohibirlo sería emplear unas "herramientas de coacción del Estado" que según este experto se aborda de forma muy distinta a EEUU en muchos países europeos.

"Es comprensible que mucha gente se enfade"

Episodios tan poco acertados como la quema de varios ejemplares del Corán por parte de unos soldados estadounidenses en Afganistán no son de gran ayuda. Quienes lo llevaron a cabo el pasado febrero explicaron que intentaban acabar así con el supuesto medio de comunicación secreto entre los prisioneros de una cárcel. Los ciudadanos de Kabul protestaron enérgicamente.

Tampoco se puede infravalorar la influencia que la muerte de civiles –los consabidos "daños colaterales" en la jerga militar- por ataques de aviones no tripulados (drones) en Afganistán o Pakistán ejercen sobre la sociedad de ese país y la comunidad musulmana en general. Un 74% de los paquistaníes consideran a EEUU un "enemigo", según un reciente sondeo del Pew Research Center norteamericano (Centro de Investigación Pew).

Charles C. Haynes, considera "comprensible que mucha gente se enfade por los ataques de los aviones no tripulados (drones) y otras acciones de los militares estadounidenses; [también] es comprensible que muchos en el mundo musulmán estén enfadados por el apoyo de EEUU a Israel".

Las autoridades de EEUU sí se comprometen a investigar actuaciones como unas fotografías de militares estadounidenses posando con cadáveres afganos (escándalo que se conoció el pasado abril), pero estas iniciativas se antojan insuficientes.

No hay justificación, pero sí motivos

"Estados Unidos rechaza los esfuerzos por denigrar las creencias religiosas de los demás, pero todos debemos oponernos de forma inequívoca a la violencia sin sentido que se ha cobrado la vida de estos servidores públicos", dijo Barack Obama tras la muerte de su embajador en Libia y otros tres empleados.

"Perdón, pueblo de EEUU. Éste no es el comportamiento de nuestro Islam", rezaba la pequeña pancarta de uno de los manifestantes libios que han salido a las calles después del ataque en Bengasi para demostrar sus condolencias por lo sucedido.

Pero por muchas declaraciones y actos a favor de la tolerancia entre religiones que fomente el presidente de EEUU –como el apoyo a la construcción de una mezquita en la Zona Cero de Nueva York-, nada evita que los individuos más radicales en el país norteamericano expresen su rechazo u odio a los musulmanes.

En EEUU viven aproximadamente2,75 millones de musulmanes. El 43% de ellos opinaban que el país norteamericano está haciendo esfuerzos sinceros para reducir el terrorismo, mientras que un 41% consideraba que no, según una encuesta del Centro de Investigación Pew realizada en 2011.

No solo son Al Qaeda u otros grupos terroristas, sino también las reacciones a veces de enfado y a veces encolerizadas de musulmanes que se han sentido ultrajados por la primera potencia mundial. La violencia no tiene justificación posible, pero sí motivos.

"La violencia no está justificada en ningún caso, pero la verdad es que los sentimientos están ahí, forman parte de la condición humana", reflexiona María Dolores Algora, experta en el mundo árabe-musulmán de la Universidad CEU-San Pablo.

En Irak e Israel residen las llaves hacia el entendimiento

"Debido a la guerra en Irak, las imágenes de las cárceles de Abu Ghraib y Guantánamo, muchos musulmanes creen que EEUU ha declarado la guerra al Islam y no solo a los extremistas", explica Yvonne Haddad.

Por ese motivo, Haynes cree que "poner fin a la guerra en Irak fue un paso importante, y acabar con la guerra en Afganistán será otro" para progresar hacia un mejor entendimiento entre EEUU y el mundo musulmán.

Incluso en el alejado país predominantemente musulmán de Indonesia la imagen que tenían sus habitantes de EEUU se desplomó tras la invasión de Irak, de acuerdo con el Pew Research Center. Solo un 15% veía con buenos ojos al país norteamericano, algo que en este caso particular mejoró tras la ayuda humanitaria que el país norteamericano brindó tras el tsunami de 2004.

Algora recuerda otro elemento para comprender la enemistad generalizada entre EEUU y el mundo musulmán:

"Hay un tema clave: el apoyo incondicional al Estado de Israel. La causa palestina para los árabes es una causa muy profunda y generalizada. No es algo de la Administración Obama o Bush, sino proveniente de todo el siglo XX". Sin embargo, bajo su punto de vista no se trata de una confrontación entre judíos y musulmanes, sino de "una realidad estratégica e histórica".

Por ello Haynes opina que "es vital que EEUU continúe apoyando la solución de dos naciones en el conflicto palestino-israelí".

La profesora Algora recuerda que las dificultades en el entendimiento con el mundo musulmán no son "algo exclusivo de EEUU". Un sondeo realizado a nivel mundial hace un año confirmaba que las tensiones entre los países musulmanes y Occidente persistían de forma extendida.

"Todas los sociedades tienen que luchar contra la xenofobia. La libertad de expresión es importantísima, pero debe respetar la libertad de conciencia y por lo tanto la libertad de fe. Es uno de nuestros grandes retos de nuestra sociedad, de la globalización".

Sigue @maria_torrens

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