El general alemán que salvó EEUU y otras sorpresas del 4 de julio

  • Los americanos han celebrado su fiesta nacional con barbacoas y saludos a la bandera. Es hora de recordar cómo un general alemán les ayudó a independizarse de la corona británica. O que las tropas francesas fueron clave en su rebelión. O cuando Washington se convirtió en dictador.

El barón Steuban, general alemán que ayudó a los EEUU a independizarse
El barón Steuban, general alemán que ayudó a los EEUU a independizarse
lainformacion.com
C.S.A.

El 4 de julio de 1776, las 13 colonias americanas, reunidas en una sesión de urgencia en Nueva York, aprobaron su deseo de independizarse de la corona británica. Fue el nacimiento de lo que hoy entendemos como los Estados Unidos de América. Pero aquel movimiento independentista, realizado en medio de batallas entre las milicias americanas y el ejército inglés, estuvo rodeada de un montón de paradojas.

Un general alemán

Por ejemplo, para combatir al enemigo inglés, se crearon las milicias populares. Pero esas milicias en realidad no sabían usar las armas ni tácticas de guerra. A lo largo de los años siguientes el ejército británico destrozó sus posiciones. Pasados los primeros momentos de entusiasmo, la milicia americana se convirtió en una turba sin disciplina, sin orden y sin conocimientos tácticos… hasta que llegó el general Steuben.

El barón Friedrich Wilhelm von Steuben era un militar voluntario proveniente de los ejércitos prusianos de Federico el Grande, los mejor entrenados y más eficientes de la época, que acababan de salir de la Guerra de los Siete Años. En esa contienda, el número de bajas había sido tan elevado que los jóvenes oficiales prusianos aprendieron a entrenar a nuevos contingentes de tropas en medio de operaciones bélicas. Justo lo que necesitaba el ejército americano, que no sabía ni formar: los milicianos marchaban en fila india, no en formación de cuatro, con lo que un regimiento de 500 soldados era una culebra de medio kilómetro. Muy vulnerable.

El militar europeo hablaba alemán y francés, de modo que sus instrucciones eran traducidas y transmitidas a las tropas en inglés. Llegó a territorio americano en 1777 y su sistema consistió en entrenar a un batallón formado por milicias de todos los regimientos, de forma que estos hombres regresaran a enseñar a sus propias tropas.

Steuben organizaba paradas militares allí donde se desplazaba para que otros regimientos observaran y aprendieran sus evoluciones y ejercicios. Les enseñó la técnica de cargar y disparar los mosquetones bajo fuego enemigo, y a usar la bayoneta como arma de ataque cuerpo a cuerpo. En pocos meses logró entrenar a muchos regimientos y sus resultados se vieron inmediatamente coronados de victorias.

Lo curioso es que estos regimientos tuvieron que enfrentarse a tropas alemanas, pues el rey de Inglaterra era príncipe Elector de Hannover, y gracias a ello logró el apoyo de los príncipes alemanes, que le enviaron 30.000 lansquenetes, principalmente de Hessen-Kassel, por lo cual los americanos los llamaban "hessians".

Entran los franceses

En el invierno de 1780-1781, los ejércitos americanos sufrieron una serie de derrotas tan seguidas, que Washington perdió su optimismo y temió por la integridad de la Unión. Soldados hambrientos y desharrapados desertaban en masa. Se empezó a discutir en el Congreso la posibilidad de pactar la paz con los británicos.

El general inglés Cornwallis preparaba una gran ofensiva y en la primavera de 1781 marchó con sus tropas hacia Virginia, para asestar un golpe decisivo al ejército americano, y a las tropas de Lafayette. Cuando nada parecía detenerle en su marcha hacia el norte, Francia envió miles de soldados disciplinados que se unieron al ejército maltrecho de Washington para socorrer a Lafayette.

Los franceses desarbolaron a la flota inglesa en la bahía de Chesapeake, establecieron un enlace con Lafayette y obligaron a Cornwallis a replegarse. Una vez cercado, el general inglés tuvo que rendirse en octubre de 1781. La guerra estaba prácticamente terminada.

EEUU, una dictadura

Otra de las curiosidades de esta contienda es que, durante unos años, Estados Unidos se convirtió en una dictadura. Sucedió en 1776. Consciente de que todavía era un ejército de pésima calidad y larvado por las deserciones, el Congreso dio a Washington poderes dictatoriales para reclutar tropas y suministrar material de guerra, y le nombró general en jefe, cargo que mantiene el presidente de EEUU hasta el día de hoy.

A pesar de que obtuvo importantes victorias, Washington no tenía genio militar. Fue un hombre decisivo gracias a otras cualidades menos marciales: sensatez, paciencia, constancia y firmeza extraordinarias. Tenía sobre todo un gran sentido del tacto y de la diplomacia, cuestiones que le servían para convencer a los Estados de que había que superar los prejuicios y los intereses antagónicos. No hay que olvidar que las colonias, transformadas en Estados soberanos, no querían renunciar a su estatus independiente, y muchas veces este sentimiento estuvo a punto de amenazar el resultado de la guerra.

Estados poco unidos

En su último párrafo, la declaración de Independencia afirma que "las colonias unidas tienen el derecho a ser libres, y los estados, independientes". Años después, la Constitución, consagraría una dualidad que soprende a los extranjeros: los ciudadanos americanos viven en un estado dentro de otro estado.

El segundo es el Estado federal, al cual se pueden oponer ejerciendo su derecho como ciudadano. Los estados americanos pueden tumbar las leyes federales, crear impuestos, regular el comercio. Pero no pueden pactar alianzas con otros países, ni llevar adelante guerra alguna sin el consentimiento del Congreso, ni emitir moneda.

Sin embargo, en sus primeros años de existencia, Estados Unidos estuvo a punto de resquebrajarse porque las 13 colonias se consideraban estados independientes y desconfiaban de un estado superior representado por el Congreso. De hecho, muchos años antes de que se aprobase la Constitución, EEUU estuvo gobernado por los llamados Artículos de la Confederación, un documento que daba poderes supremos al Congreso.

Lo que produjo más discusiones fue el párrafo final que hablaba de una "confederación unida de forma perpetua". Muchos estados se negaron a ratificar esas palabras, a pesar de que todos estaban en guerra con Gran Bretaña, y se tardó tres años en conseguir la firma de los 13 estados.

Somos anglosajones

Por último, si se lee la declaración de Independencia de 1776 que se celebra todos los 4 de julio, es sorprendente la apelación al origen común anglosajón. La mayor parte del corto texto se dedica a explicar por qué el rey no ha cumplido con su palabra y que no ha escuchado sus peticiones. Pero los rebeldes se dirigen a sus "hermanos" británicos y lamentan que el rey haya ha sido "sordo a los lazos de sangre".

"Le hemos pedido que repudie estas usurpaciones [los abusos] en nombre de nuestra afinidad común". Y al final dice: "Debemos, por tanto, acordar la necesidad de separación, y mantenernos con ellos como con el resto de la humanidad: enemigos en la guerra, amigos en la paz".

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