El rock independiente mongol se apodera de Pekín

  • Ataviados con chalecos de piel tachonados y botas bordadas puntiagudas propias de su etnia, dieciséis grupos de rock independiente mongol atruenan este fin de semana Pekín con sus cantos guturales "khoomei", fusionados con hardrock, punk o hip hop.

Marga Zambrana

Pekín, 10 sep.- Ataviados con chalecos de piel tachonados y botas bordadas puntiagudas propias de su etnia, dieciséis grupos de rock independiente mongol atruenan este fin de semana Pekín con sus cantos guturales "khoomei", fusionados con hardrock, punk o hip hop.

En una nave industrial a las afueras de Pekín, el poderoso grito de estos nómadas reúne a miles de jóvenes que en estado de trance y puño en alto repiten de memoria las letras en mongol, todo un desafío por parte de esta etnia, que poetiza la libertad, contra la rigidez del régimen autoritario chino.

"Todos venimos de orígenes y experiencias musicales diferentes", explica a Efe Ilchi, ex punk y uno de los vocalistas del grupo "Hanggai", uno de los más carismáticos, compuesto por siete músicos con influencias que van desde "Rage against the machine" hasta Radiohead.

Los músicos y el público proceden en su mayoría de Mongolia Interior, la región china colindante con Pekín y con la frontera meridional de Mongolia, el país, pero también de otras regiones chinas donde habitan los mongoles, como los polvorines étnicos de Xinjiang y las regiones tibetanas.

Mongolia Interior saltó por primera vez en décadas a las portadas de los diarios este verano, después de que miles de sus ciudadanos pidieran justicia por la muerte de dos pastores nómadas atropellados por obreros chinos del carbón.

Al igual que en Tíbet y Xinjiang, la convivencia es difícil entre los autóctonos, que apenas representan ya el 20% de la población, frente a los colonos chinos desplazados para explotar sus recursos naturales, en perjuicio de las praderas y del estilo de vida mongol.

Ilchi, de 31 años, dio un vuelco a su carrera para profundizar en la cultura de los descendientes de Gengis Kan y recuperar canciones populares que estaban cayendo en el olvido debido al avance del poder político, económico y cultural de China.

"Todos somos de origen mongol, todos amamos nuestra cultura. Empezamos a formar nuestro propio estilo, mezclando las canciones tradicionales con estilos occidentales", prosigue Ilchi. "Fue un proceso complicado. Primero reunimos las canciones populares que recordábamos, y luego añadimos guitarra, bajo y batería".

A base de numerosos experimentos y de mezclar estos nuevos instrumentos con el tradicional "morin khuur", el violín con mástil de caballo, o el "tobshuur", un laúd de dos cuerdas, los miembros de Hanggai han logrado un estilo poderoso.

Junto a Ilchi, el rollizo Hurcha, de Qinghai, luce una camiseta de "Jack Daniel's" con abalorios budistas, mientras que Bagen, otro vocalista, hace una demostración de los diferentes estilos de "khoomei" ("garganta", en mongol), un canto chamánico de cuatro mil años de antigüedad que desde 2009 es patrimonio de la UNESCO.

"Hanggai", fundado en 2007, ha dado la vuelta al mundo en más de 250 conciertos por Europa, Asia, EEUU o Australia, lo que ha consolidado a la formación como el plato fuerte del Festival Musical "Mongol Anda", que se inauguró el viernes en Pekín.

Como en un rito chamánico, los vocalistas Ileta y Hurcha monopolizan la apoteósica entrada: con el pañuelo budista blanco, el "khataj", en posición de ofrenda en sus manos, inician un "khoomei" a dúo hasta que la percusión arranca al ritmo del galope.

El público se vuelve loco al reconocer entre aullidos de lobo "Uruumdush", entonada en un dialecto mongol tan antiguo que sólo han podido traducir a medias al mongol actual: "Sanggu dangu, antigua leyenda, espesa niebla, tormenta de rayos... Aleng gulang, desierto lejano, Wustai Judtai, lluvia torrencial... ¡Wuji Dayudayo!"

Con "La canción de la bebida" los fans enarbolan sus botellas de cerveza y licor a invitación de Hurcha, que con el vientre al aire y embutido en un chaleco "jodag" tachonado, propio de la lucha mongol, se embarca en su parsimonioso baile del águila.

"Entre las dos Mongolias mantenemos un intercambio continuo", reconoce Ilchi, "a ellos les gusta mucho nuestra música. Celebramos encuentros y tenemos un diálogo muy interesante".

La música mongol tiene un tono sostenido, lento, transmite un sentimiento de libertad, una emoción profunda, una pasión, nos gusta reunirnos para cantar y bailar, concluye el vocalista.

Otros grupos y solistas que participan en el festival Anda ("hermanos de juramento") son Shaman Hoomei Erhimbat, Hulang, Nomadic, Yussn Erden, Tsetsn Nomadic, Khuh Kheer, Zuu Zai, Erguna, La Tribu, o las Hermanas Horqin.

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