El último rastro físico que se tiene de Matteo Messina Denaro, el padrino de Castelvetrano, considerado actual jefe de la Mafia en Sicilia, es un trocito de papel: Lu pizzinu en dialecto de Sicilia, Pizzini en italiano. Así se llama a los mensajitos que utilizan en los últimos años los jefes de la mafia para comunicarse entre ellos, o para dar órdenesa dentro de su propia organización.
Para lograr pasar años y décadas escondidos en una isla como Sicilia, en entornos tan rastreados por las autoridades italianas como Palermo, o localizaciones más pequeñas, los capo dei Capi deben extremar las normas de seguridad. La primera de ellas es obvia, nada de móviles ni comunicaciones electrónicas. Todo lo que viaja en el aire, como las ondas, es rastreable.
El remedio para hacer frente a los problemas de comunicación lo resolvió la mafia con herramientas clásicas. Trocitos de papel facilmente ocultables, que se pasan de unos a otros en un apretón de manos, y se pueden eliminar tragándoselo sin especial dificultad.
Además, algunos de los últimos jefes mafiosos, como Bernardo Provenzano y Salvatore Lo Piccolo, usaban lenguaje en clave para confundir aún más a las autoridades, en el caso de que lograran llegar a leer algunos de esos mensajes. La Direzione Investigativa Antimafia no escatima esfuerzos en dar con el paradero de estos mafiosos, así que los papelitos, los pizzini, son analizados en cada detalle por agentes de la Policía Científica.Una presencia en la sombra detectada por un papel
Tras la caída de Provenzano, la presencia de Matteo Messina Denaro en la isla de Sicilia se confirmó en 2012. La oportunidad vino de la mano del mafioso jefe local de Sambuca di Sicilia, Leo Sutera.
Según contó en su día la prensa local, Sutera fue fotografiado por los investigadores de la división antimafia italiana mientras leía un Pizzino atribuido, sin ninguna duda, al fugitivo nuevo capo dei Capi, Messina Denaro.
El padrino de Castelvetrano que mueve los hilos de la reorganización de la mafia en las provincias de Palermo, Trapani y Agrigento no ha salido a la luz desde 1993, pero sigue manejando los negocios de la Cosa Nostra desde que tomó el relevo a su padre, cuando falleció en 1998, y sobre todo tras la detención de Bernardo Provenzano y Salvatore Lo Piccolo, que fue encontrado escondido en un búnker.
Dos semanas después de que se le fotografiase de incógnito, el mafioso Leo Sutera terminó arrestado en junio de 2012. Además, el 23 de octubre de ese año, también le llegó el turno de vestir esposas a Gaetano Maranzano, y a Cosimo Michael Sciarabba.
Tras estos arrestos los responsables de perseguir a Messina Denaro creyeron estar muy cerca de él. Hoy, 13 de diciembre de 2013, ese rastro está más caliente que nunca tras la caída de 30 de los más cercanos colaboradores de Messina Denaro, entre los que destaca su hermana Patrizia.
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