Elizabeth Smart cuenta 13 años después el que fue el secuestro del siglo en EEUU

    • Elizabeth Smart tenía solo 14 años cuando fue raptada de su habitación en Salt Lake City en 2002 por un expredicador que la secuestró, encadenó y sometió a violaciones diarias durante nueve meses.
    • Ahora ve la luz 'Mi historia', un libro donde Smart cuenta la brutal experiencia de su cautiverio, que fue considerado como "el secuestro del siglo" en Estado Unidos.
2nd Annual Diller-Von Furstenberg Awards
2nd Annual Diller-Von Furstenberg Awards
Emilio Navarro

Elizabeth Smart tenía solo 14 años cuando fue raptada en su propio cuarto por un ex predicador, Brian David Mitchell, que la violó y mantuvo secuestrada durante nueve meses. Era el 5 de junio de 2002, una fecha trágica para la pequeña, que viviría en primera persona lo que un fiscal federal de Estados Unidos denominó como "el secuestro del siglo".

Durante el juicio, Smart, que hoy tiene 25 años, detalló los "nueves meses de infierno" que vivió con Mitchell, quien la secuestró a punta de cuchillo en el dormitorio de su vivienda familiar en Utah y la violó todos los días de su cautiverio hasta que fue hallada a solo 32 kilómetros de su casa. Su historia llegó a la televisión en "The Elizabeth Smart Story", y sus memorias ven ahora la luz.

Smart ha concedido una entrevista al periodista de la CNN Anderson Cooper donde asegura que lo que cuenta en el libro "es el 100% de lo que pasó. No quería relatar un 10% y endulzar el resto. Quería que fuera la historia de lo que realmente pasó y lo que fue mi vida cada día de los que pasé allí, porque no pienso que haga ningún favor adulterar la verdad".

Smart ha decidido contar su dramática historia porque la gente a menudo no conoce el "impresionante" dato de que una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños en EEUU sufren algún tipo de abuso sexual antes de cumplir la mayoría de edad. "Quiero llegar a las víctimas, que se sepa que estas cosas ocurren, pero no tienen porque marcar el resto de tu vida. Se puede seguir adelante y ser feliz", asegura Smart durante la entrevista.

Mitchell, que fue posteriormente condenado a cadena perpetua, obligó a la pequeña cuchillo en mano a que se mantuviera en el suelo y le dijo en voz baja: "¡Si te mueves te mato!". Fue una de las tantas fugaces veces que Smart vio cómo se desvanecía cualquier posible rescate durante los nueve meses que duró su horrible experiencia, según narra en su libro "My Story" (Mi historia), de 308 páginas, que sacó a la venta el lunes la casa editorial St. Martin's Press.

"Mi habitación era para mí el lugar más seguro del mundo, por lo que al despertarme en plena noche y ver a un extraño de pie junto a mí con un cuchillo en mi garganta me aterrorizó", explica Smart. Y prosigue: "Hasta ese momento no sabía lo que significaba la palabra miedo". "Me dijo. tengo un cuchillo en tu cuello, no hagas ruido, levántate y ven conmigo", asegura Smart al periodista. "Entonces recuerdo que me levanté y fui con él por el interior de mi casa. De repente, el hombre se inclinó y me dijo. 'Si haces ruido no solo voy a matarte a tí, también a cualquiera que venga a ayudarte", cuenta la joven con aparente tranquilidad.

De camino a casa del secuestrador, los peores pensamientos se apoderaron de la pequeña, de solo 14 años: "Cuando ví que no había forma de escapar, pensé: 'Oh Dios mío! voy a ser violada y luego me va a matar, porque eso es lo que he visto en la televisión que le pasa a los niños que son secuestrados".

Mitchell alejaba cada vez más a la pequeña de su hogar, de la salvación, y ante lo que ella pensaba que iba a ser una muerte segura. Entonces, la pequeña se paró y le dijo: "Si vas a violarme y matarme ¿porque no lo haces aquí? Yo no quería que mis padres pensaran que había huido". Ante la pregunta de Elizabeth, el expredicador se giró, la miró fijamente y le dijo: "No voy a violarte y matarte todavía". La niña le volvió a interpelar: "¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? Si te cogen pasarás el resto de tu vida en la cárcel". Mitchell le contestó: "Sé exactamente lo que estoy haciendo y sus consecuencias. La diferencia es que no me van a coger".

Smart dijo que estaba tan aterrorizada por el expredicador, que cuando la rescató la policía en un suburbio de Salt Lake City en marzo de 2003, apenas tenía valor para identificarse. Entre la desilusión de las oportunidades perdidas de que la salvaran, escribe Smart, fue tratada como objeto sexual por Brian David Mitchell y como esclava por la esposa de éste, Wanda Barzee. Durante días la mujer le negaba agua y comida. La menor, mormona devota y que tocaba la armónica y amaba a los caballos, había desaparecido de su casa sin dejar rastro en el norte de Salt Lake City. "Mis días consistían en pasar hambre, estar aburrida y en ser violada. Y no una vez, varias veces al día", cuenta Smart, que era emborrachada y obligada a vestir túnicas durante gran parte de las violaciones a las que era sometida día tras día: "Cada vez que pensaba que no podía ser peor, que había tocado fondo, pasaba algo peor".

Pero Elizabeth pensó que iba a ser una superviviente y sacó fuerzas en la idea de volver de nuevo con su familia. Rescatada el 12 de marzo de 2003, Smart recuerda como muchas personas le preguntan porque nunca escapó, ¿porqué le dijo a un detective que le preguntó en una biblioteca si era la niña secuestrada que ella no era? "No se puede juzgar a un niño o una niña de un delito que no debería haber pasado, porque ellos no estaban allí, no saben lo que vivió y no tienen derecho a estar en el sillón de su casa y decir: 'Bueno, ¿porque no te escapaste? Yo tenía 14 años, era una niña, y aquel hombre me secuestró con éxito, me encadenó con éxito, me violó con éxito. ¿Qué iba a decir, que me matara? ¿Qué matara a mi familia?".

Hoy, Elizabeth Smart vive casada en Park City, Utah, está a punto de obtener una licenciatura en música en la Universidad Brigham Young y viaja por el país dando conferencias. Creó la Fundación Elizabeth Smart para incrementar la conciencia sobre los delitos de que son víctimas los menores. Para ella, el libro fue otra forma de cerrar este capítulo de nueve meses de brutalidad en su vida.

Mostrar comentarios