Estado Islámico extiende sus tentáculos de captación y entrenamiento a Latinoamérica

    • Los expertos advierten de dos "triples fronteras" sin control donde los yihadistas recibirían entrenamiento y aprovecharían las rutas del narcotráfico para financiarse y salir del país.
    • Los musulmanes en la región apenas suponen seis millones, pero existe constancia de que acaba de alistarse en Estado Islámico un nuevo grupo de argentinos y brasileños.
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Tres ciudadanos brasileños no han regresado a su país tras viajar a Oriente Medio para integrarse al Estado Islámico. Pese a que la presidenta argentina saliente, Cristina Kirchner, nunca ha querido admitirlo, al menos una veintena de argentinos luchan al lado de los yihadistas, que imponen su bárbara ley en varios países de Oriente Medio, decenas de naciones en África y a aterrorizan a Europa con atentados suicidas.

Los datos forman parte de un informe del instituto de inteligencia Soufan Group, que menciona a Latinoamérica como un área de reclutamiento y, principalmente, de entrenamiento de futuros terroristas. Los téntaculos del Estado Islámico ya han llegado a la región, aprovechando las rutas del narcoterrorismo, la permisividad de los gobiernos de algunos países, la falta de control de otros y utilizando las fronteras sin vigilancia entre diversas naciones para entrenar a los recién captados.

La comunidad árabe y musulmana en Latinoamérica es significativa. Muchos son originarios de Siria y Líbano y se han integrado totalmente en la sociedad adaptándose a las constumbres del país en el que desembarcaron.

Cálculos como el publicado por el prestigioso diario egipcio Al-Ahram indican que hay unos 17 millones árabes y descendientes de estos en la región. Pero una estimación más concreta, realizada por la Organización Islámica para América Latina, a partir de la religión que profesan, cifra la cantidad de musulmanes en Latinoamérica en seis millones. Cerca de un millón y medio de musulmanes vivirían en Brasil y 700.000 en Argentina.La globalización del Estado Islámico

En el afán de reclutar soldados para su causa, el Estado Islámico se "globaliza" a un ritmo imparable. Ésa es la conclusión a la que llegan expertos en antiterrorismo y seguridad e informes de inteligencia de las agencias más prestigiosas del mundo. En este contexto, surge un escenario inusitado. Los terroristas están expandiendo cada vez más en Latinoamérica, donde captan y entrenan a sus futuros soldados.

Argentina tiene antecedentes relativamente recientes en materia de atentados terroristas, como los ocurridos durante la década de los 90 contra la sede de la mutual judía AMIA, y la Embajada de Israel (ambos en Buenos Aires). Además, el riesgo siempre está latente en un espacio que sigue en la mira de los investigadores en materia de terrorismo islámico: la denominada Triple frontera.

Este territorio está comprendido entre las ciudades de Foz de Iguazú (Brasil), Ciudad del Este (Paraguay) y Puerto Iguazú (Argentina). La Triple Frontera, pluriétnica y multicultural, "debe ser objeto de vigilancia permanente por parte de las autoridades estadounidenses, que han advertido que la gran comunidad de inmigrantes árabes que habitan en la zona y las redes de contrabando, narcotráfico e inseguridad contribuyen al despertar de células durmientes terroristas", advierte un informe del grupo de investigación InSight Crime.

El eje donde más se vislumbran estas características étnicas y religiosas singulares es Ciudad del Este. "Allí, el contrabando, la droga, la compra y venta de armas, la mercadería falsa o de origen dudoso, y los artículos importados sin imposiciones ni controles de ningún tipo se manifiestan a diario" como germen para el terrorismo islámico, sostiene el experto argentino Juan Guillermo Milia.

El diario Folha de Sao Paulo asegura que "los EE.UU. no tienen dudas de que grupos terroristas usan la región de la Triple Frontera para financiarse por medio del contrabando". En este sentido, el US Naval War College destaca que Hezbollah, por ejemplo, obtendría cerca de diez millones de dólares anuales -9,18 millones de euros- de las actividades ilegales realizadas en la Triple Frontera.

"Los Estados fallidos por falta de instituciones reales y de seguridad son el caldo de cultivo perfecto para atraer a organizaciones y a yihadistas, por lo que hay una preocupación de que estos se consoliden en Sudamérica. Uno de los mayores peligros para que el yihadismo prospere en la región son sus vínculos con el narcotráfico", señala InSight Crime.

Grupos de expertos como los de Real Instituto Elcano sostienen que "los grupos de terroristas y militantes islamistas representan una amenaza importante para la seguridad, ante la posibilidad de que desarrollen lazos estratégicos con organizaciones del narcotráfico en Sudamérica".En Perú, Bolivia y Venezuela... también

Para Joseph Humire, director ejecutivo del Center for a Secure Free Society, una ONG fundada en el 2012 como centro de investigación y análisis para abordar temas de seguridad, ha comprobado que grupos terroristas como Hezbollah y Al-Qaeda, fundamentalmente, han usado a países como Venezuela y naciones de América Central, para tener acceso a Estados Unidos. "En ese sentido, las mismas rutas que manejan los productos ilícitos como drogas y armas son por las que se pueden mover terroristas -porque además son ellos quienes controlan esas rutas-. Es una combinación de crimen y terror", destaca.

Perú es un área geográficamente estratégica para algunas de estas operaciones porque hay un eje principal de terrorismo islámico, fundamentalmente vinculado a Irán, señala Humire, que advierte que en Bolivia la embajada de Irán tiene una de las mayores actividades en Latinoamérica. "Y como Bolivia no tiene acceso al mar, tienen que buscar rutas por la que puedan mover productos ilícitos y diferentes personas fuera del país. Y, en ese sentido, hay dos puertos principales: Arica e Ilo", señala.

La triple frontera entre el Perú, Chile y Bolivia es estratégica y poco vigilada, indica el experto, que avisa que ni las autoridades chilenas ni las peruanas están presentes ahí y, "al parecer, las bolivianas serían cómplices en este esquema".

En cuanto a los apoyos de estos grupos yihadistas señala que pueden venir, en mayor o menor medida, de países con regímenes bolivarianos. "Muchos de estos movimientos islamistas dicen no tener una ideología política, pero ciertamente son anticapitalistas. Y yo creo que una de las cosas que más ha unido es el narcotráfico. Hay algunos revolucionarios que no piensan tan estratégicamente, o no quieren este gran plan de conquista regional. Solo quieren tener su poder. Por lo menos el narcotráfico te da una alianza perfecta con el Medio Oriente", afirma tajante.

"Cuando se conoció en octubre de 2014 que había un agente de Hezbollah planificando un atentado contra una escuela judía en Lima, no fue para mí una sorpresa. Era preocupante, pero no una sorpresa, porque se sabía que había por lo menos unos 30 a 50 peruanos viajando a Irán cada año. Estos peruanos, junto con venezolanos, estaban entrenándose en la Yihad y en la revolución islámica", afirma.

Por su parte el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay ha advertido ningún país es ajeno a las amenazas de los grupos de radicales islámicos, "tampoco Perú".

Rodríguez Mackay, reconocido en mayoInternacionalista del Año por numerosos organismos públicos y privados peruanos, advirtió que los riesgos para la seguridad existen y aseguró que el Estado peruano debe incrementar las medidas de seguridad ante muy diversas amenazas.

En un futuro inmediato, Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que se celebrarán el próximo año son, en este contexto, un momento de potencial riesgo para perpetrar un atentado.

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