China suelta la mano de Nicolás Maduro y deja Venezuela a la intemperie

  • El gobierno del gigante asiático ya le ha prestado casi 54.000 millones de euros al país bolivariano, pero éste le debe unos 18.000 millones en créditos que serían irrecuperables.

    Beijing negocia por lo bajo un Gobierno de transición con la oposición, mientras ha comenzado a trasladar a sus empleados a Colombia y Panamá y no invertirá más allí.

Otros tiempos: las relaciones amistosas de China y Venezuela
Otros tiempos: las relaciones amistosas de China y Venezuela
Diego Caldentey

En la última década China se ha convertido en uno de los socios más importantes de Venezuela. Hugo Chávez admiraba fervientemente a Mao Zedong. Pero el idilio entre ambos países parece que ha terminado abruptamente.

El gobierno del gigante asiático le ha prestado ya casi 54.000 millones de euros al país presidido por Nicolás Maduro. Pero ante la falta de retorno, el incumplimiento de pago de los intereses y la escasez de solvencia, China ya no concederá a Venezuela nuevos préstamos. Venezuela aún le debe a China unos 18.000 millones de euros en créditos.

El enviado de Beijing en Caracas ha expresado esta semana sus enormes preocupaciones sobre seguridad y el pago de deuda de Venezuela. Cabe recordar que emisarios de ambas naciones han mantenido reuniones de urgencia entre abril y junio pasado con una decena de representantes de empresas estatales chinas.

Del resultado de las mismas surgió una decisión escalofriante para Maduro: China ha decidido no invertir ni una moneda más en el país caribeño. Las empresas chinas, en esta línea, han comenzado a trasladar ya a sus empleados a Colombia y Panamá. Los motivos son dos: por razones de razones de seguridad y también porque muchos proyectos liderados por los asiáticos han quedado en un punto muerto en Venezuela.

Desde febrero, al menos tres legisladores de la oposición venezolana y otros consultores han sido invitados a Beijing por el Partido Comunista de China para discutir sobre un gobierno de transición y un plan de recuperación para revertir la economía de peor desempeño del mundo.

Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional estima que la economía venezolana se contrajo en casi 6% el año pasado y que este año tendrá un crecimiento negativo de 10%.

Por otro lado, China también ha decidido soltarle mano al país bolivariano porque le preocupa demasiado su corrupción y la malversación de los fondos destinados al desarrollo.

Es verdad que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha negado en una declaración escrita que "esté reconsiderando su relación con Venezuela", pero de manera explícita los hechos señalan lo contrario. Ahora, mientras Maduro siga en el poder, los chinos han trazado un plan 'B' de acción: buscan una garantía de que sus inversiones en el país latinoamericano sean respetadas por la oposición.

Por otra parte, los riesgos de seguridad están aumentando para los expatriados chinos, una comunidad de comerciantes que desde hace tiempo está establecida en el país. Este grupo se ha convertido en blanco de secuestradores y bandas extorsivas, lo que ha llevado a que muchos dejen el país. Este escenario también está deteriorando al extremo las relaciones entre ambos países.

Venezuela, además, ya ha dejado de ser hace tiempo el oasis en el que muchos asiáticos buscaban refugio. Muchos trabajadores estatales chinos recién llegados raramente se atreven a salir de donde viven y trabajan, por el peligro callejero, y recomiendan a sus compatriotas no hacerlo.

Si China decide finalmente darle la espalda a los venezolanos, como evidencian sus últimos movimientos estratégicos, una nueva reconfiguraciòn del mapa regional podría tomar forma, principalmente en América Latina y África, donde países ricos en recursos naturales acudieron a la financiación china durante el auge de las materias primas.

Mientras tanto, la reservas en dólares de Venezuela se desploman como nunca antes en su historia. En la actualidad se encuentran en los 11.800 millones de dólares, en su nivel más bajo en 13 años. Existe un compromiso de China en puerta para ayudar a Venezuela a aliviar la escasez, pero ya nada de grandes préstamos. Si algo faltaba para el derrumbe, era que China le diera la espalda a Venezuela. El paso que sigue puede tornarse crucial.

Mostrar comentarios