Futuro incierto para el petróleo de Irak

  • Ahora que han pasado las elecciones de Irak que dan una ligera ventaja al líder laico de la oposición y ex primer ministro Iyad Alaui, la frágil democracia iraquí afronta su primera gran prueba: el traspaso del poder sin demasiada sangre ni violencia. Pero también afronta otro desafío: ver si los lucrativos contratos petroleros negociados por el Ejecutivo de Nuri al-Maliki pueden seguir adelante con la nueva coalición de gobierno aún pendiente de formarse.
Futuro incierto para el petróleo de Irak
Futuro incierto para el petróleo de Irak
EFE
Tom Hundley | GlobalPost

(Dubai, Emiratos Árabes Unidos). Tras la espectacular subasta de derechos de explotación del pasado diciembre, el Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki ha pasado los últimos meses dando los toques finales a 10 acuerdos. Si se materializan, Irak podría convertirse en un serio rival de Arabia Saudí como el principal productor petrolero del mundo durante la próxima década.

Estos acuerdos son, sin duda, logros del Gobierno de Maliki. Su ministro del Petróleo, Hussein al-Shahristani, se ganó el respeto de la comunidad internacional durante la negociación de un acuerdo que podría poner rápidamente a Irak en el camino hacia la prosperidad.

Sin embargo, en el agitado clima político iraquí, ningún acuerdo deja contento a todo el mundo y los contratos petroleros podrían ser la primera víctima de Iyad Allaui, el ganador de las elecciones del mes pasado, que comienza a formar una coalición de gobierno.

"El gobierno de Maliki hizo todo lo que estuvo a su alcance para asegurarse el éxito de esos contratos. Adelantaron la fecha efectiva de muchos de ellos… [y] fueron ratificados rápidamente por el consejo de ministros. El asunto es ver si todas estas medidas serán suficientes", explica Thomas Donovan, abogado de Iraq Law Alliance, que ha seguido de cerca el proceso. "Tengo la impresión que sobrevivirán y que durarán hasta el próximo gobierno de transición y cualquier gobierno posterior", añade.

Eso también es lo que esperan algunos de los principales consorcios petroleros del mundo como Exxon, BP, Shell o Lukoil, que han invertido miles de millones de dólares a cambio de que Irak les ofrezca un clima políticamente estable y seguro para poder realizar sus negocios.

Y es una apuesta en toda regla, afirma Giacomo Luciani, experto del sector petrolero en el centro de investigación Gulf Research Center de Ginebra. "En este momento no sabemos qué va a pasar. Pero sí sabemos que los contratos petroleros son su principal fuente de poder, dinero, de todo. Tenemos que ver qué tipo de coalición surge y si les parece conveniente manifestar objeciones a los contratos".

Irak nacionalizó la producción petrolera en 1961. Desde entonces, la idea de mantener el petróleo iraquí bajo control nacional ha sido una estrategia de éxito para los políticos nacionalistas, desde Sadam Hussein hasta los actuales líderes – y rivales- suníes y chiíes. Sin embargo, la realidad es que el deterioro de los campos petroleros iraquíes, producto de años de guerras y sanciones, sólo se puede reparar con una entrada masiva de capital y tecnología de las petroleras internacionales.

El ministro Shahristani realizó un negocio muy beneficioso para su país con los derechos de explotación de algunos de los campos más valiosos del país. Los ganadores de la operación firmaron contratos de servicio de 20 años que les redundaran en una comisión relativamente modesta por cada barril que produzcan por encima de un mínimo acordado.

"[Shahristani] logró un acuerdo muy bueno para Irak, pero esto no quiere decir que vaya a tener éxito. Estamos asumiendo que todos velan por el interés nacional de Irak, pero es posible que no sea así", explica Luciani. "En principio, no creo que haya prejuicios contra la participación de empresas extranjeras. Pero es posible que se convierta en un tema de la agenda política de algunos", añade.

Otra preocupación importante es la seguridad. EEUU planea reducir sus tropas en Irak a 50.000 efectivos de aquí a finales de agosto y prepara su retirada completa para finales de 2011. Eso significa que la seguridad de las petroleras será responsabilidad de los iraquíes.

Ben Lando, editor de la influyente publicación Iraq Oil Report, cree que muchas cosas dependerán del nuevo gobierno y el futuro ministro de Petróleo. Si bien Allaui ha sido declarado vencedor de las elecciones del 7 de marzo, no está del todo claro que pueda reunir suficientes aliados para formar una coalición de gobierno. Aún más incierto es quién será el próximo ministro del Petróleo.

Shahristani, un ex científico nuclear que estuvo preso durante los años de Hussein, es ampliamente respetado en círculos petroleros y hasta se le podría pedir que siga en el puesto, independientemente de quien lidere el nuevo gobierno.

Otros posibles candidatos incluyen a Thamir Ghadhban e Ibrahim Bahr al-Uloom. Ambos han sido ministros del Petróleo y son conocidos en la comunidad petrolera internacional.

Incluso se ha mencionado el nombre de Ahmad Chalabi, un personaje que se hizo famoso durante el gobierno de George Bush por entregar información cuestionable sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein. Chalabi ocupó provisionalmente la cartera de Petróleo durante unas semanas en el 2005. Además, es primo de Allaui, aunque en su caso los vínculos de sangre no son tan fuertes como los del oro negro.

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